PUNTO DE ENCUENTRO CREATIVO PIONERO

Un laboratorio de ideas

Integrantes de BCN The Lab 8Inés Garriga, Francisco Javier Iglesias y Pedro Lorente, en Fabra i Coats.

Integrantes de BCN The Lab 8Inés Garriga, Francisco Javier Iglesias y Pedro Lorente, en Fabra i Coats.

L. B.
BARCELONA

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Donde antes había bovinas de hilo, ahora hay cables y cables de fibra óptica. Y las chimeneas ya no sacan humo, sino ideas. La antigua Fabra i Coats (Sant Adrià, 20), con más de 4.700 metros cuadrados abiertos a las artes escénicas y musicales, con una marcada personalidad multimedia y multidisciplinar, es hoy uno de los ocho espacios de la ciudad reconvertidos en las llamadas fábricas de creación. Este proyecto en red, promovido por el Institut de Cultura del Ayuntamiento de Barcelona (Icub), responde a la falta de espacios adecuados para la creación y la investigación artísticas.

El edificio Fabra i Coats, pieza clave por su gestión municipal en esta red de espacios en desuso recuperados, rehabilitado por los arquitectos Manuel Ruisánchez y Francesc Bacardit, fue galardonado el pasado día 18 en la última edición de los premios Ciutat de Barcelona de Arquitectura y Urbanismo por su apuesta por la creación cultural plural.

Innovación ciudadana

Las remozadas naves de la antigua fábrica textil, por las que pasaron más de 70.000 personas en sus 175 años en funcionamiento, son en la actualidad también un punto de encuentro para numerosas comunidades de innovación y creatividad que pueden definir juntos nuevos proyectos de cocreación. Sin ir más lejos, la primera edición del BCN The Lab, el pasado mes de noviembre, reunió unas 140 personas, algunas ya residentes en el propio edificio como es el caso de Iglor. «Nos dedicamos al diseño y desarrollo de entornos inmersivos a través la transmisión en tiempo real de audio y vídeo por internet», cuenta Francisco Iglesias, uno de los dos cofundadores de esta joven empresa especializada en dar soluciones audiovisuales. «Un buen ejemplo para entender nuestro trabajo podría ser las conexiones que establecimos entre el Mercat de les Flors y tres hospitales de la ciudad, de forma que unos actores interactuaban con los niños hospitalizados. No era una retransmisión, sino una extensión de la obra», recuerda su socio, Pedro Lorente.

Las fábricas de creación e iniciativas como BCN The Lab, que ya prepara un segundo encuentro para primeros de marzo, busca ofrecer espacios pero, sobre todo, poner en contacto a la llamada cuádruple hélice: universidades, empresas, administraciones y ciudadanos. «Queremos una ciudad más innovadora, pero para eso tenemos que dar recursos», explica Inés Garriga, directora de Creatividad e Innovación del ICUB, quien subraya la importancia de abrir la innovación más allá de los circuitos oficiales: «Cualquier ciudadano, centro de investigación, museo o empresa puede formar parte de esta red de cocreación urbana», puntualiza.

Para Artur Serra, de la Fundación i2cat y corresponsable del BCN The Lab, la ciudad de Barcelona «ha sido de las primeras que ha formulado en ámbito internacional la posibilidad de transformarse como ciudad en un laboratorio abierto». Precedentes como el 22@, el City Lab o el Mobile World Congress, continúa Serra, «han preparado el camino» para situar Barcelona como pionera en esta apertura del mundo de la investigación y de la creación.