UNA historia de GràCIA... el mercado de la Llibertat

Un mercado que celebra los 125 años

La Llibertat, premiado por su reforma, recibe dos millones de clientes al año

Fachada 8 El mercado de la Llibertat se inauguró en 1888.

Fachada 8 El mercado de la Llibertat se inauguró en 1888.

EL PERIÓDICO
BARCELONA

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Nadie diría que el mercado de la Llibertat ha cumplido 125 años. Y ahí está tan pimpante. Como esta cantidad de velas no se apagan todos los días, las celebraciones durarán todo el 2013.

Tras el lifting al que se sometió en el 2009 para darle esplendor al edificio original, aumentar la superficie utilizable y crear nuevos servicios, el recinto comercial ha logrado dos millones de clientes anuales. Por estas obras de puesta al día, le ha premiado la Unión Mundial de Mercados Mayoristas. Silvia Domènech, directora del mercado de la Llibertat, afirma: «Es una de las reformas mejores y más acertadas y de las que resultan más confortables para la clientela».

El flamante mercado de la Llibertat abrió el año 1888 en unos terrenos del terrateniente de Menorca Marc Olives. Hasta entonces la venta se hacía al aire libre con productos de los alrededores y otros llegados desde el lejano Vallès. Allí se comercializaban los alimentos que «habían sobrevivido a los picotazos de las gaviotas», según atestiguan los documentos de la época.

Amigo de Gaudí

El mercado lleva la firma del arquitecto Miquel Pasqual pero, al parecer, el auténtico autor fue Francesc Berenguer, amigo y colaborador de Gaudí, que no pudo estampar su nombre en el proyecto debido a que no tenía el título de arquitecto.

El presupuesto de las obras fue de infarto. La cifra alcanzó las 118.000 pesetas, una cantidad que «escandalizó» en aquella época, recuerdan los textos de la hemeroteca. La estructura de la Llibertat es de hierro y las piezas salieron de la empresa La Maquinista Terrestre y Marítima, de Sants. En esos años triunfaban las construcciones metálicas, que se consideraban más avanzadas. La avanzadilla fue la Torre Eiffel.

La Llibertat es un edificio de estructura de hierro, planta rectangular y estilo modernista. Ocupa una parcela de 56 metros de largo por 42 metros de ancho y tiene una nave central y dos laterales. El conjunto está sostenido por arcos parabólicos y la cubierta es a base de piezas de cerámica vidriada. En el interior, «las columnas de hierro favorecen la creación de un gran espacio amplio y diáfano muy similar a las estaciones de tren», según detallan los documentos de la época. También se tiene constancia de que la primera iluminación fue con farolas de gas. La obra se decoró con elementos de hierro forjado y estilo modernista y el escudo de Gràcia está presente en las puertas principales.

Maria Soler, presidenta de los vendedores del mercado de la Llibertat, lleva 30 años detrás del mostrador. Esta histórica propietaria de la Xarcuteria, Carnisseria i Aviram Bayo-Soler, se pude decir que lleva el mercado en los genes. Su abuela y su madre vendían marisco en el Ninot. Soler, sin embargo, cambió el pescado por la carne. Ahora, su hijo se ha incorporado al negocio. «Es que no ha querido estudiar», puntualiza la propietaria.

Maria Soler hace una breve historia del mercado a través de las ventas: «La clientela no ha cambiado, pero antes se compraba por kilos y ahora por unidades y puestas en bandejas para meterlas directamente en el congelador».

Nuria Rodríguez, de 55 años, comparte la opinión de Maria Soler. Ella es clienta del mercado de toda la vida -«igual que mis padres», aclara -y además elogia la calidad de los productos.