INICIATIVA CULTURAL DE LA BIBLIOTECA SANT PAU-SANTA CREU

Sucursales de la palabra

Lectura y comprensión 8 Jóvenes de la asociación TEB leen y comentan libros en su sede de Salvador, 6.

Lectura y comprensión 8 Jóvenes de la asociación TEB leen y comentan libros en su sede de Salvador, 6.

LUIS BENAVIDES
BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La Biblioteca Santa Pau-Santa Creu (Carme, 47) sale de las cuatro paredes de su histórico edificio del siglo X para promover el hábito de lectura y, sobre todo, facilitar la comprensión lectora entre los vecinos del Raval Sud. Y es que, si en verano sacaron sus libros al patio, ahora la biblioteca va más allá con la complicidad de diferentes entidades del barrio, convertidas en pequeñas sucursales de la palabra. El nuevo proyecto, conocido como Xarxa de Punts de Lectura i Tertúlies, comenzó a mediados del mes pasado con una prueba piloto en siete entidades, donde se han habilitado unos pequeños espacios de lectura y debate con libros y otras publicaciones a disposición de sus usuarios.

«Por un lado, queríamos impulsar un proyecto de tipo cultural diferente a los que ya desarrollan las entidades del territorio y, por otro, aprovechar los recursos del Pla de Barris», cuenta Imma Solé, directora de la Biblioteca Sant Pau-Santa Creu, quien considera que la red de puntos de lectura es una manera de «ampliar los 1.000 metros cuadrados de la biblioteca y llegar a más gente».

Más que un club

Los clubs de lectura al uso, matiza Solé, ya hace tiempo que existen y son diferentes. «Nos acercamos a un perfil de usuario que seguramente no iría a la biblioteca y, mucho menos, a los clubs de lectura. Se trata de transformar esa concepción de los clubs y personalizarla», afirma la directora. En ese sentido, las tertulias semanales se adaptarán a las necesidades e intereses de cada grupo. «Hemos comenzado a trabajar con un grupo de colectivos muy heterogéneo: la Associació per a Joves TEB, el Centre de Dia Mil·lenari, el Centre Obert Joan Salvador Gavina, El Colmado, la Fundació Escó, el Servei Solidari y los pisos para la gente mayor de Reina Amàlia», enumera Solé. En estas entidades, añade, el proyecto encuentra desde personas que quieren aprender catalán a jóvenes con poco hábito de lectura o gente mayor con problemas de comprensión: «Es muy importante que entiendan lo que leen, desde un contrato de alquiler a unas participaciones preferentes», cuenta Solé.

Para Anna Terra, directora de Pla de Barris Raval Sud, el proyecto encaja muy bien con objetivos generales del plan como la cohesión social: «Es una prueba piloto y si funciona podríamos ampliar el proyecto con otras entidades. Pla de Barris aporta los libros, mobiliario y dos dinamizadores».

«Me siento como una bibliotecaria ambulante», bromea Lourdes Casacoberta, una de las dos dinamizadoras. «En el caso de los jóvenes del TEB, por ejemplo, hay muchos alérgicos a los libros, y otros leen siempre las mismas cosas, como revistas musicales o novelas de amor», añade. Casacoberta intenta descubrirles nuevas lecturas y generar debates para que usen la palabra.

«En algunos casos podrán utilizar breves artículos o libros ilustrados, incluso jugar literalmente con las letras a partir de crucigramas. Dependerá de cada grupo», explica Solé, impulsora del proyecto.