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Cantera de artistas

En clase 8Alumnos de la escuela Llotja realizan una práctica.

En clase 8Alumnos de la escuela Llotja realizan una práctica.

BEATRIZ PÉREZ
BARCELONA

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En la Escola Superior de Disseny i Art Llotja guardan todavía el papel de la matrícula donde se inscribió Picasso. Situada en el barrio de la Sagrera, distrito de Sant Andreu, la Llotja (Pare Manyanet, 40) es la más antigua de las escuelas de diseño de España.«Y una de las más viejas de Europa»,recalca la subdirectora del centro, Nora Ancarola. Creada en 1775 y heredera de la Escuela Gratuita de Diseño, por sus aulas pasaron otros alumnos de la talla de Isidre Nonell y Joan Miró. Desde entonces, la Llotja se ha modernizado mucho y, durante las últimas décadas,«se ha convertido en una escuela multidisciplinar», añade Ancarola. Su ciclo de Ilustración, uno de los más demandados junto con los grados de Diseño Gráfico y Moda, acaba de cumplir 25 años.

Variedades artísticas

David Fernández tiene 19 años y estudia Ilustración porque le gusta el cómic, ciclo específico que la Llotja comenzará a ofrecer el próximo año. Cuando acabe quiere irse a Francia,«donde el cómic está a la altura de la literatura». En los últimos años, el número de alumnos de Ilustración ha crecido mucho,«en parte debido a la demanda editorial y al incremento de los medios digitales»,explica el profesor Ángel Martínez.«La pintura, sin embargo, no está ya de moda»,se lamenta junto a él el de Artes Aplicadas al Muro, Manel Ruano. «Hace años era la especialidad más fuerte», recuerda.

La escuela pública Llotja ofrece una amplia variedad formativa con tres niveles educativos reglados: enseñanzas artísticas superiores, ciclos de formación superior y ciclos de formación media. Como explica la profesora de Cerámica, Montserrat Altet, el que haya tantas disciplinas propicia la«interlocución entre especialidades, como por ejemplo joyería y cerámica».

A Albert Estruch, exalumno de Llotja, estudiar en una escuela de artes y oficios y estar rodeado de tantas disciplinas como dice Altet le ha procurado un«componente artístico general muy potente». Estruch tiene ahora 32 años y es diseñador gráfico en el estudio Atipus, que ganó varios de los prestigiosos premios Laus, dirigidos a reconocer la excelencia en comunicación gráfica de ámbito nacional e internacional.

No hay un perfil concreto de estudiante en Llotja, pero los profesores recalcan que suele ser gente motivada. Lamentan, eso sí, que los estudios, antiguamente de cinco años, sean ahora de solo tres, incluido en ellos el proyecto final. Y no se les olvida el servicio social del centro.«Como escuela pública —reivindica Ancarola—, nos tiene que interesar más la sociedad que el mercado».