LA INTERVENCIÓN DE LOS GRUPOS

Todo (casi) previsible

El PSC pidió 'seny' al Govern, pero Maragall rompió la disciplina de voto El PPC enervó a Mas recordándole «quién paga las nóminas»

Rocío Martínez Sampere (PSC).

Rocío Martínez Sampere (PSC).

F. M / J. R.
BARCELONA

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El debate de ayer se inició con las cartas marcadas: acuerdo CiU-ERC-ICV-EUiA, y apoyo solo parcial del PSC. Las intervenciones sirvieron para constatar que en este debate existe una mayoría nacionalista frente a un PSC que reclamó una propuesta viable y sensata, y el PPC, que recomendó descarnadamente al Govern que, lejos de reivindicar el concierto, debería estar agradecido con el rescate estatal.

PSC

APOYO MATIZADO La intervención de Rocío Martínez-Sampere, responsable de economía del PSC, sirvió para confirmar lo previsto: que los socialistas estarían en la filosofía del pacto -un sistema propio para Catalunya- pero no en su definición. «Hemos de explicar un camino transitable, racional, no podemos alimentar una nueva frustración», argumentó la diputada, que afirmó que la Constitución y el Estatut no permiten imitar el modelo de concierto vasco y navarro. Tras ella, Joaquim Nadal admitió un exceso de tacticismo «de unos y otros» y lamentó que el Govern pareció no querer al PSC en el acuerdo. Los socialistas hicieron equilibrios en la votación final, pero el diputado y exconseller Ernest Maragall rompió la disciplina de voto y apoyó al Govern.

PPC

LA TUTELA DEL ESTADO La presidenta del PPC, Alicia Sánchez-Camacho, llevó el debate al terreno que más podía doler al Govern: el rescate que la Generalitat pedirá al Estado. La dirigente popular logró animar el ambiente y avisó al president de que «no puede hablar de deslealtad del Estado hacia Catalunya». Ante los rumores de desaprobación que generó su comentario, urgó en la herida: «A algunos de ustedes, ¿las nóminas se las ha pagado la Generalitat o el Gobierno de España?». Dicho lo cual, describió el pacto de ayer como una apuesta por la independencia. Y se dejó para el final otra puya: la respuesta de Rajoy al pacto fiscal será la de «asistir» al Govern «como hasta ahora».

ICV-EUiA

RESPALDO SIN PACTO SOCIAL A última hora los ecosocialistas vieron cómo caía su única condición para apoyar el pacto fiscal de CiU, la referencia explícita a la llamada «cláusula social», por la cual, si se consigue aplicar el concierto económico, los beneficios se destinarán a políticas sociales y en favor de la cohesión. Los nacionalistas insistieron en que también se deberían dedicar a reducir el déficit. A pesar de este desacuerdo («preferimos que no haya texto a un mal texto», argumentó el dirigente ecosocialista Joan Herrera), ICV votó junto al Govern. Eso sí, Herrera insistió en su tesis: alcanzado el acuerdo para reivindicar el concierto, «encaremos de una vez el pacto social, que es el mejor rescate que podría recibir el país».

ERC

MÁS CERCA DE CIU El republicano Joan Pugicercós ejecutó un apoyo sin fisuras al Govern. Tal fue la adhesión que, en su réplica, el president se limitó a agradecerle la intervención. Puigcercós reclamó un horizonte independentista y advirtió de los riesgos de que la intervención de Catalunya por parte del Estado acabe con el autogobierno. Le puso en bandeja de plata a Mas la reivindicación patriótica: «Antes de que alguien venga a mandar dentro de la Generalitat, pasarán muchas cosas», amenazó el president, quien con un gesto paró de inmediato los aplausos en la bancada de CiU.

LAS MINORÍAS

RECHAZO FRONTAL Siempre provocador, Albert Rivera, de Ciutadans, avisó de que el concierto económico lleva a un «modelo yugoslavo de conflicto». Solidaritat votó también en contra al considerar que la propuesta ha sido rebajada. Uriel Bertran hizo referencia al rescate de Catalunya: «Proponemos a los que nos esposarán que nos den la llave de las esposas». La excepción fue Joan Laporta, que apoyó a Mas, quien le agradeció que «dé mucho y pida poco».