LAS FINANZAS DE LA GENERALITAT

¿El fin de la ambigüedad?

FIDEL MASREAL / Barcelona

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Oficialmente, la estrategia del Govern de CiU en Madrid pasa por combinar diálogo y firmeza. «Agotamos siempre las vías de acuerdo, pero no hemos pasado por alto ningún ataque», resume un alto cargo. Nada nuevo en la clásica ambigüedad convergente. Sin embargo, la cacofonía que se evidenció recientemente entre el portavoz del Govern, Francesc Homs (en clave combativa), y el líder de Unió, Josep Antoni Duran Lleida (anunciando unproceso negociador con el Gobierno), a cuenta de los conflictos competenciales, ha hecho aflorar una divergencia de fondo en la federación nacionalista: ¿va o no va CiU hacia un choque de trenes con Madrid?

Destacados dirigentes de Convergència lo tienen claro: más allá de que el día a día de cadaconsellerpase por el posibilismo de pactar inversiones y evitar invasiones competenciales del PP, la corriente de fondo es la de la batalla.«No estamos sufriendo este día a día de penurias económicas y actitud pactista respecto a Madrid a cambio de nada», explica un miembro del Consell Executiu. Y añade:«Si no conseguimos el pacto fiscal, apuesto por presentar un programa electoral en el que por primera vez explicitemos nuestro horizonte independentista».

«Son unos inconscientes»

Tambores de guerra que, antes de chocar con el Estado, lo hacen con los socios democristianos. Un alto cargo institucional de Unió replica:«En el núcleo duro de CDC y del Govern parecen no ser conscientes de la dimensión de la tragedia económica española y europea y buscan el choque, no el acuerdo. Son unos absolutos inconscientes».

En la cúpula convergente, en el entorno más próximo alpresident, están convencidos de que si el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy no acepta el pacto fiscal, Artur Mas será inflexible y planteará un camino netamente soberanista. ¿Cuál? Hoy por hoy la pregunta no tiene respuesta, pero puede pasar por un adelanto electoral o los pasos previos a la constitución de una Hacienda catalana de forma unilateral. Duran Lleida rechaza frontalmente esta segunda posibilidad.

El PP catalán constata este doble discurso y sitúa por un lado al portavoz del Govern, Francesc Homs, y al secretario general de CDC, Oriol Pujol, en la vía dirigida a la batalla total, y confían en cambio en el pragmatismo de Mas. No en vano, fue elpresidentquien encargó a la vicepresidenta, Joana Ortega, buscar el acuerdo con su homóloga estatal, Soraya Sáenz de Santamaría, para evitar la interposición de recursos entre ambos gobiernos. En el Govern asumen que el Ejecutivo del PP tiene la sartén por el mango y podría paralizar el euro por receta que acaba de entrar en vigor. Una medida que Mas considera esencial para nutrir las maltrechas arcas de la Generalitat.

Las voces más partidarias del diálogo creen posible encontrar una salida en«el factor humano», en la relación entre Mas y Rajoy. Y explican que elpresidentha trasladado una oferta al líder del PP: si acepta el pacto fiscal, la Generalitat se hará corresponsable de la difícil navegación del Gobierno central contra la crisis. De momento, este compromiso no incluye aceptar una eventual invitación a formar parte del Ejecutivo.

Si el Gobierno rechaza el pacto fiscal, CiU vivirá el debate definitivo sobre si toca dirigir el tren de la Generalitat hacia el choque contra el Estado o asumir la debilidad económica y parlamentaria seguir ejerciendo el posibilismo que ha caracterizado históricamente a la federación nacionalista. Quizá alguien recordará entonces que en el programa de las últimas elecciones generales CiU se comprometió a«condicionar su apoyo a la gobernabilitat del Estado a la consecución del pacto fiscal».