EL RETO DE LA DIADA

Acorralados en la ambigüedad

DAVID ESPINÓS

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CiU es un partido que se maneja como ningún otro en la ambigüedad. Esta manera de proceder le resulta muy útil mientras no hay que mojarse, pero cuando llega el momento de actuar se le aparecen todos sus fantasmas. Como buen estratega, intenta que esto no ocurra nunca, pero no siempre lo consigue.

El 11 de septiembre hay una manifestación convocada por la Assemblea Nacional Catalana. El lema es claro:Catalunya, nou Estat d¿Europa. Ni rastro del pacto fiscal.Artur Masdijo el 9 de agosto que la Diada debía servir para que los catalanes hicieran un pronunciamiento explícito a favor del pacto fiscal. Error. Quiso capitalizar la Diada en defensa de los intereses de CiU. Quien tanto dice querer a Catalunya no debería osar ponerla al servicio de sus intereses particulares. Sorprende queMas,que mide muy bien lo que dice, calculase tan mal las consecuencias de sus palabras.

Así,Masdio el pistoletazo de salida a las habituales guerras entre partidos que se generan cada vez que hay una manifestación en la que están en juego las reivindicaciones de Catalunya. La Diada se convierte en un campo de batalla política. Curiosa manera defer país. Los políticos, sean del partido que sean, quieren capitalizar las iniciativas ciudadanas. Deberían dejar el protagonismo a quien se lo ha trabajado.

Desde su proclama,Masha desaparecido del mapa. Han sido susconsellerslos que se han pronunciado sobre la asistencia delpresident. Primero,Felip Puiginsinuaba queMaspodría asistir. Viendo el cariz que tomaba el tema y queMaspodría salir mal parado, algunos miembros del Govern, comoFrancesc Homs, y de CDC, comoJordi Turull,han salido a la palestra para quitar hierro a la presencia o no deMas. Dejando claro que la decisión es un problema. Maximizado por las palabras delpresident.

Mientras, algunosconsellershan apelado al ya famoso «a título individual» para decidir qué harán. Habría que analizar en profundidad si se puede separar el cargo de la persona. El debate sería legítimo si los que ahora lo utilizan para salvar la papeleta antes no lo hubieran usado para criticar aconsellersde otros gobiernos que decidieron hacer lo mismo en otras manifestaciones. O vale para todos o no vale para nadie. Coherencia.

Cambio de pareja

Cuando CiU tiene la capacidad de controlar la agenda mediática, se habla del pacto fiscal; cuando lo hace la sociedad civil, se habla de independencia. El pueblo va un paso más allá. Y entonces CiU no tiene la sartén por el mango y sufre. Sorprende ver cómo a medida que se acerca el 11 de septiembre CiU abandona a su pareja de baile, el PP, y se acerca a ERC. Habrá que ver qué pasa a partir del 12 de septiembre, cuando todo este jaleo termine y se vuelva a la cruda realidad.

Los ciudadanos quieren políticos que hablen claro. Sí o no. Blanco o negro. Y el color preferido de CiU es el gris. Habrá que esperar para ver cómo resuelve el dilema. Es probable que desde el Govern y desde CDC se decida queMasno vaya. Seguramente será el mal menor. Hay que recordar queMasdebe negociar el pacto fiscal con un talMariano Rajoy,firme defensor de la unidad de España. Para contrarrestar, quizá algúnconsellerse deje caer «a título individual», y seguro que asistirá la plana mayor del CDC, conOriol Pujolal frente.

La bicoca del pacto fiscal ha tenido un efecto bumerán para CiU. Llega la Diada y lo que era su gran proyecto se ha convertido en un problema. Los catalanes quieren que su Govern se moje, y CiU de momento solo pone el piececito para ver si el agua quema.

PERIODISTA. EXPERTO EN COMUNICACIÓN POLÍTICA