BALANCE DEL 2014

Un año más en la cima

Laura Ester y Maica García sostienen la foto de Mireia Belmonte y Jennifer Pareja y Mati Ortiz posan junto a la de Marc Márquez

Laura Ester y Maica García sostienen la foto de Mireia Belmonte y Jennifer Pareja y Mati Ortiz posan junto a la de Marc Márquez / periodico

LUIS MENDIOLA / BARCELONA

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Desde hace tres años, el waterpolo femenino español vive instalado en la felicidad, parafraseando a Jorge Valdano, cuando dijo aquello de que el fútbol, y por extensión el deporte, es un estado de ánimo. En el caso del waterpolo femenino podría incluso decirse que se trata de una felicidad inesperada. Casi de repente, llegó la eclosión de una generación única que en los últimos años no ha parado de subirse al podio. La plata olímpica en Londres, en el 2012, fue su presentación oficial en sociedad. En el 2013 llegó el título mundial, En el 2014, el título europeo...Y en los dos últimos años, dos Copas de Europa más para el CN Sabadell, en lo que es una extensión o, quién sabe si el origen, de la química que estas chicas han logrado para llevar sus éxitos a las piscinas. "Lo que estamos viviendo era inimaginable no hace demasiado", admiten a coro algunas de las protagonistas que han cambiado la imagen de este deporte en España.

De ser minoritario, casi residual, el waterpolo femenino ha pasado a ser un referencia obligada cuando se habla de los triunfos del deporte en España. "Hace unos años no podíamos ni soñar el momento actual, ¡ni de coña!", exclama Jennifer Pareja (Olot, 1984), obteniendo la aprobación de Laura Ester (Barcelona, 1990), Maica García (Barcelona, 1990) y Mati Ortiz (Veracruz, 1990), cuatro de los rostros que mejor personifican el éxito tanto del CN Sabadell, el equipo que dirige Nani Guiu, como de la selección española, en manos de Miki Oca.

Al lado de Jennifer Pareja, una guía para todas, superviviente del Mundial 2003 de Barcelona, mejor jugadora del mundo en el 2013, atacante y ejemplo de carácter y tenacidad, han despuntado nuevas estrellas como Laura Ester, mejor guardameta del último Mundial, Mati Ortiz, una de las grandes defensoras en la actualidad, o la boya Maica García, que pugna este año por el título a mejor jugadora del mundo.

Femenino plural

En un 2014 marcado por la exhibición de Marc Márquez en el Mundial de MotoGP o por las medallas de Mireia Belmonte en el Europeo y el Mundial de piscina corta, que también merecen la matrícula de honor, pero sobre todo por el protagonismo femenino (el título mundial de Carolina Marín en bádminton, el título europeo de Ruth Beitia en atletismo, la plata mundialista de la selección de básquet, la plata europea del balonmano, los títulos de Laia Sanz...), nadie puede discutirles a las chicas del waterpolo su condición de estrellas del año. El suyo ha sido un 2014 impecable, cerrado con todas las conquistas posibles: campeonas de Europa con la selección y con el CN Sabadell, club con el que han superado la frontera de los 100 encuentros y los 1.000 días sin conocer la derrota.

"Estamos haciendo historia porque los dos títulos europeos, tanto de club como de la selección, no son anécdotas, sino que llevamos tres años seguidos arriba, algo que es muy complicado", afirma con orgullo, Jennifer Pareja. "Lo mejor es que hemos logrado enganchar a la gente. Disfrutan con lo que hacemos, porque ven que lo damos todo", remarca Laura Ester sobre una particularidad que las define: la capacidad de lucha en el agua. "Hemos trabajado muy duro para llegar arriba, muchísimo, pero no se había visto recompensado como se está viendo ahora", aclara Maica García.

El origen del éxito

Detrás del trabajo y del talento individual, por supuesto, hay un factor diferencial, que ha logrado que emerja el concepto equipo en mayúsculas y que Jennifer Pareja cree fundamental. "La ilusión, las ganas y el trabajo estaban anteriormente. Llevamos años trabajando, pero este grupo tiene magia, tiene algo que no se puede contar. Yo no he estado en ningún equipo", remarca, después en referencia sobre todo a lo que ocurre en la selección, "en el que todas fuéramos a una como ahora. Llamémoslo química".

Esa es la misma tesis que defiende Maica García. "Por generación espontánea no surge. Eso está claro. Sin el trabajo no sale nada, pero ha coincidido ese trabajo previo muy bueno, con la sublimación del concepto del equipo. Una cosa lleva a la otra y sin ese éxito colectivo tampoco habría distinciones individuales".

En lo que existe unanimidad, desde luego, es en considerar al seleccionador Miki Oca como la brújula para que el waterpolo femenino acabara por encontrar su camino. El medallista olímpico estuvo detrás del título mundial de la selección júnior en el 2011, en Trieste, y también del éxito del preolímpico de Londres, la lanzadera del resto de éxitos. "Aquello quizá fue la chispa donde se encendió todo", valora Laura Ester. "En el Mundial de Shanghái quedamos en el puesto 11 y como grupo y a nivel individual casi ninguna creía en sí misma y Miki lo que ha conseguido es sacar lo mejor de cada una", subraya Mati Ortiz.

Una vez tocada la cima, ninguna de ellas está dispuesta a bajar de la montaña sin haber disfrutado el máximo de la vista. "Nos sobra ambición y nos quedan retos como el del Mundial del 2015, pero sobre todo el del oro olímpico. Ya tenemos la plata y siempre se puede mejorar".