LA RONDA ESPAÑOLA

La Vuelta se inicia hoy pendiente de 'Purito', Antón y el País Vasco

La carrera innova recorrido, apuesta por la montaña y excluye las jornadas de trazado aburrido

SERGI LÓPEZ-EGEA
BARCELONA

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llega la Vuelta. Y lo hace con adelanto en referencia a épocas anteriores. La ronda española quiere rehuir del septiembre horroroso en el que la Unión Ciclista Internacional (UCI) la reubicó hace ya 16 años. Javier Guillén, director de la prueba, convenció a los magnates de la federación internacional (léase Pat McQuaid) de que el mes de agosto era mejor, porque la gente está de vacaciones y porque de este modo se intuye que habrá mucha más afición animando a los corredores. Con el fútbol, pese a las huelgas, se debe convivir. No hay más remedio, aunque con el adelanto se evita al menos coincidir con el inicio de la Champions.

Llega la Vuelta y lo hace pendiente sobre todo de dos corredores y de una zona muy especial del recorrido. El duelo entre un catalán, Joaquim Purito Rodríguez, y un vizcaíno, Igor Antón, debe animar la carrera, que regresa al País Vasco después de 33 años de ausencia, más por cuestiones políticas que deportivas.

La ronda española del 2011 ha apostado, además, por evitar en lo posible las jornadas tediosas y para poner las máximas dificultades al interesante duelo de velocistas que se presenta entre Óscar Freire, que ha prometido terminar la prueba como preparación para el Mundial, y Mark Cavendish, el incuestionable número uno en esta especialidad. Por eso se ha recurrido a la montaña, aunque solo sea por ascender un puerto en busca de la meta. Ya el martes aparece la primera gran dificultad de la Vuelta (se sube a Sierra Nevada); el próximo fin de semana el menú se nutre de aliciente en la sierra madrileña y en La Covatilla (en Salamanca). Luego vendrá el plato fuerte, en Asturias con una subida inédita, dura y temible (Lagos de Somiedo) y la etapa reina con El Angliru, que sigue siendo el monte más respetado por los ciclistas, mucho más que cualquier mito del Tour o el exigente Mortirolo italiano. Los Picos de Europa se reservan para el fin de semana del 3 y 4 de septiembre. Después, ya en la tercera y última semana, aparece Peña Cabarga, en Cantabria, y el Urkiola, sin duda, la cima más complicada que hay en Euskadi.

Purito y Antón (el vasco se cayó el año pasado cuando era el líder y casi tenía la prueba en el bolsillo) deberán desde hoy compartir el duelo con los dos ciclistas italianos que Alberto Contador aniquiló en el Giro: Michele Scarponi, segundo en Italia, y Vincenzo Nibali, tercero y último vencedor de la Vuelta. Tampoco hay que olvidar a Denis Menchov, con dos triunfos, y Carlos Sastre, por si recupera el toque de pedal.

Contador es el gran ausente. Y así es por lógica deportiva, porque llegó a París reventado y porque hacer en la misma temporada Giro y Tour es una locura. El año que viene, si salva en noviembre la barrera del TAS, el madrileño ha prometido que se centrara en exclusiva para la grande boucle y que luego, si le quedan fuerzas, acudirá a la Vuelta, que es menos exigente que la ronda italiana.

CATALUNYA, AUSENTE / Sin Catalunya en el trazado (la Vuelta retornará el año que viene a tierras catalanas), Euskadi es a la vez el principal atractivo y la mayor preocupación de la prueba. ¿Por qué? Pues porque la mayoría de pactos para que la carrera regresara al País Vasco se establecieron antes de que la fuerza política Bildu fuera una realidad. El sábado 10 de septiembre, la Vuelta recorrerá el corazón de Guipúzcoa, o lo que es lo mismo, el feudo de Bildu. Ya hay anunciadas acciones de protesta por parte de grupos aberzales.

Política al margen, Purito se presenta en el mejor momento de su carrera deportiva, fresco como una rosa por no haber participado en el Tour (gran error de su equipo Katusha, que nada hizo en la ronda francesa), con exhibiciones en las dos últimas carreras en las que ha participado (Critérium del Dauphiné y Vuelta a Burgos) y con el único obstáculo de la contrarreloj de Salamanca, el lunes, 29 de agosto. Antón, que sigue siendo un ciclista enorme que continúa sin explotar a los 28 años por lesiones y caídas, es el perfecto reclamo de la prueba para pasear el jersey rojo de líder por las carreteras vascas y el mejor, si el asfalto lo respeta, que clase tiene de sobras.