El combate de un 'crack'

«Mi vida tiene otro sentido»

El relato de las experiencias de Abidal durante un año de lucha contra una enfermedad que cambió sus prioridades

MOMENTOS DE UNA ESTRELLA 3 A la izquierda, Abidal se abraza con Messi en un partido del Barça del 15 de enero. A continuación, los jugadores mantean al defensa tras eliminar al Madrid de la Champions. Arriba, lucen una camiseta de apoyo a su compañer

MOMENTOS DE UNA ESTRELLA 3 A la izquierda, Abidal se abraza con Messi en un partido del Barça del 15 de enero. A continuación, los jugadores mantean al defensa tras eliminar al Madrid de la Champions. Arriba, lucen una camiseta de apoyo a su compañer

EMILIO PÉREZ DE ROZAS
BARCELONA

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Eric Abidal lo cuenta todo con enorme naturalidad. Todo, es todo. Por ejemplo, el día que le diagnosticaron su primer cáncer: 15 de marzo. «Los reuní a todos, a todos, a mi mujer, a mis tres hijas, a mis padres, a mis suegros, a todos, y les dije que no se preocuparan, que todo iba a salir bien». Abidal les recordaba, hace apenas cuatro meses, a los niños enfermos internados en el hospital Sant Joan de Déu, de Barcelona, que lo primero que hay que pensar cuando se produce un diagnóstico complicado es que todo irá bien.

Abise lo contó en una amplia entrevista que los muchachos editaron en diciembre pasado en la revista del centro que, cómo no, se llama Hospital Jove. Allí contó, también, que él se considera «una persona muy simple, con un gran corazón, que intenta ayudar a la gente, como me ayudaron a mi cuando lo necesitaba».

Hace ahora un año que aAbi(«me gusta ese apodo, es el del barrio de Lyón donde jugaba en la calle, aunque también me gusta que me llamenKeniata, por lo mucho que corro») le diagnosticaron un cáncer de hígado y fue operado de inmediato. Todos, incluidos los médicos, dijeron que volvería a jugar. Y no solo volvió, sino que levantó la Copa de Europa. «Menudo momento aquel en el que Puyol me dijo 'Abi, esa copa es tuya, ves a buscarla'. Tuve la sensación de que mi otra familia me había devuelto a la vida».

La enfermedad, que ha reaparecido ahora, cambió muchas de las prioridades de Abidal. Los especialistas cuentan que es normal. Algo así te cambia la perspectiva de la vida. De la tuya y de la de los demás. «Ahora sé diferenciar las cosas importantes de las que no lo son. Por eso me vendí todos mis coches, porque no sirven para nada. Cuando triunfas en el fútbol -siguió relatando el defensa azulgrana a sus amigos de Sant Joan de Déu- «puedes comprar esas cosas y muchas más, pero cuando te toca algo malo, ves que nada de todo eso te sirve, te consuela, te reconforta». Y con el dinero que recaudó empezó a pensar en crear un fondo de inversiones para ayudar a construir hospitales infantiles. «Mi vida tiene ahora otro sentido», reconoció Abidal en aquellos días.

REGALÓ SU ROLEX DAYTONA /Abi, que tiene tres hijas de 7, 5 y 2 años, casado con la preciosa Hayet, de 29, sigue chiflado por los niños. Por todos. A sus amiguitos de San Joan de Déu les dijo: «Hayet y yo queremos tener tres hijos más y ¡ojalá! sean tres varones». Es por eso que, en las pasadas Navidades, no se lo pensó dos veces cuando le regaló a un muchacho de 15 años, que peleó contra el cáncer «como Abidal lo ha hecho», su fabuloso Rolex Daytona, de 10.000 euros. «El dinero no sirve para nada, créeme», le dijo al muchacho, «esto para mí no tiene valor, yo lo que quiero es verte sonreír».

Abidal, que en sus ratos de ocio prefiere compartir la práctica deportiva de sus hijas con sus dos mesas de mezcla en plan experto DJ, asegura encontrarse de «maravilla» en Barcelona. «Desde el primer día, entendí que se trataba de un lugar especial. Sé que estoy en un club especial y que juego para una entidad que es más que un club y me he adaptado a la vida y la sociedad catalanas. Hayet y yo queremos seguir nuestra vida aquí, en Catalunya», añade Eric.

El defensa azulgrana confiesa que su estancia en el hospital Clínic de Barcelona fue dura, pero llevadera. «Me operaron enseguida», explica a los niños de Sant Joan de Déu, «y me quedé 10 días en el hospital, donde hay gente estupenda, muy competente y que trabaja muy bien. Cuando estás enfermo, lo mejor es tener disciplina y hacer todo lo que te dicen. Es la única manera de curarse. A veces es difícil, pero es bueno. Lo mejor, insisto, es seguir los discursos positivos». Abireconoce que regresar a la Ciudad Deportiva Joan Gamper le produjo una sensación muy especial «entre otras razones porque encontré decenas y decenas de cartas de aficionados del Barça que me daban ánimos y me decían que habían pensado mucho en mí».

INICIOS EN LYÓN / Abidal también explica que su vida cambió de forma notable tras la operación del pasado año. «Me dieron mucha medicación, tomé muchas pastillas y empecé a comer mucho más sano de lo que lo hacía». El defensa francés recomienda a los muchachos que lleven una vida sana porque, al final, es necesario para afrontar las adversidades.

La estrella recuerda sus inicios en su barrio de Lyón, con sus padres, su hermano y su hermana pequeña. «Desde los 5 años -explica en sus declaraciones a los aprendices de periodistas- siempre me gustó más el fútbol que el colegio, pero nunca dejé de estudiar. Para mí, de pequeño, el fútbol era un juego. Hasta los 19 años, no pensé, jamás, jamás, que acabaría siendo mi profesión».

Desgraciadamente, la experiencia que Abidal ha estado relatando a cuantos le han preguntado por cómo afrontó su enfermedad le servirá ahora. Es posible, muy posible, queAbiAbi, de Abidal, no deavi, pues no soy el más viejo del vestuario», suele bromear el francés) haya reunido ya a los suyos y les haya dicho que todo saldrá bien. Y va a ser que sí.