LIGA DE CAMPEONES

El Bayern vuelve a irse de vacío del Calderón

El Atlético se impone de nuevo al campeón alemán con un gol de Carrasco

Juanfran y Vidal pelean por el balón durante el Atléetico-Bayern

Juanfran y Vidal pelean por el balón durante el Atléetico-Bayern / periodico

CARLOS F. MARCOTE / MADRID

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Ni con Pep Guardiola ni con Carlo Ancelotti. El Bayern volvió a irse de vacío del Vicente Calderón, donde el Atlético dijo a gritos que vuelve a ir en serio también esta temporada en la carrera por la Champions que se le resiste. Por segunda vez en menos de cinco meses, el campeón alemán volvió a doblar la rodilla en el estadio rojiblanco, esta vez gracias a un gol de Carrasco, al que pudo haberse sumado otro de Griezmann, que mandó el balón al larguero en el lanzamiento de un penalti a diez minutos del final.

Tomó clara ventaja en el grupo el comando de Simeone, que encandiló de nuevo a su entregada parroquia con otro ejercicio de tesón, intensidad y de saber qué hacer en cada momento de un partido que fue moldeando con sus conocidas armas hasta hacerlo completamente suyo.

SIN PERIODO DE TANTEO

Con dos novedades en el cuadro colchonero (Godín y Carrasco ) y solo uno en el bávaro (Thiago) respecto al encuentro en el Allianz Arena del que el Atlético salió finalista de la Liga de Campeones, el choque echó a andar sin tiempo para un mínimo período de tanteo. Nació con la intensidad consecuencia de los rescoldos aún vivos de la batalla de aquella semifinal frustrante para Guardiola y su grupo y triunfal para Simeone y los suyos, que salieron esta vez sin consignas especulativas, apretaron de entrada y pronto encontraron la primera brecha hacia Neuer. Presionó Torres, robó a Javi Martínez, le recortó hacia adentro, pero el central reaccionó bien y solventó el peligro.

La respuesta no tardó ni un minuto en llegar. Thiago metió un bombón para Müller, que remató a quemarropa pero no marcó porque la intuición y los reflejos de Oblak lo evitaron. Un comienzo eléctrico en el que el Atlético no tuvo más remedio que alternar su buena presión alta con secuencias frecuentes de repliegue intensivo para cerrar todas las puertas al Bayern.

UN RIVAL MÁS DIRECTO

El campeón alemán intenta ser más directo con Ancelotti, pero cuando corresponde. Por lo demás, mantiene a punto el toque y las rutinas que le aportó el hoy técnico del Manchester City y no tiene ningún problema en amasar la pelota para madurar la jugada a la espera de que la movilidad de sus hombres de arriba haga la luz. También amenaza muy en serio con las incorporaciones de los laterales, que en el caso de Lahm fueron constantes en la primera media hora, con la anuencia de Carrasco, que dejaba en demasiadas ocasiones el camino libre.

Pero fue precisamente el hispano-belga quien primero probó a Neuer en un anticipo de lo que vendría después. Siguió una gran internada de Filipe Luis que acabó en córner, del que salió un cabezazo al palo de Torres en el segundo palo después de un toque de Lewandowski en el primero. Se sacudió así el cuadro madrileño el alarmante dominio que el Bayern había empezado a ejercer en el choque y se animó a lanzarse a la yugular de su rival cada vez que olió sangre. La volvió a tener Torres, a quien Koke dejó solo ante Neuer y acertó de lleno Carrasco dos minutos después. Perdió Thiago, Griezmann profundizó hacia el internacional belga y este se coló imparable entre tres y mandó el balón hacia donde el portero del Bayern nunca podía llegar, al palo y adentro (m. 36).

Frenazo para el equipo alemán, segundo tanto encajado por su portero en nueve partidos y tibia reacción que no dio para más que un remate fuera de Ribéry antes del descanso. Después, carga con todo de los de Ancelotti, a la que respondió el Atlético con entereza y su alabada organización defensiva, complementada siempre con la atención de su guardameta, que tuvo que aparecer de nuevo para desviar a córner un potente zurdazo de Alaba tras una buena jugada de Ribéry, la mayor amenaza visitante.

A LA CONTRA

Aguantó e intentó dormir después el encuentro el Atlético, sin que le quemara el balón y con el objetivo de encontrar un contraataque para dar el golpe de gracia al Bayern. Lo rozó Carrasco con una buena rosca que desvió con lo justo Neuer y no le alcanzó el salto en el segundo palo a Griezmann para precisar su cabezazo y culminar una contra iniciada por Gameiro, que acababa de relevar a Carrasco, con pase final de Torres.

No podía resignarse el Bayern, que volvió a enseñar los dientes con un cabezazo de Lewandowski y un disparo de Ribéry desde la frontal, ambos fuera por centímetros, pero fue el Atlético el que tuvo a su alcance la sentencia definitiva. Vidal cometió un claro penalti sobre Filipe en el lateral del área tras una jugada de Saúl y Griezmann, que había marcado tres a Neuer en los últimos tiempos entre la Champions y la Eurocopa, tiró con violencia al larguero. Quedaron las cosas como estaban porque los rojiblancos no volvieron a permitir de una forma u otra que Oblak tuviera nuevos sobresaltos.

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