Las consecuencias de una derrota

Una lección para recordar

La derrota en Milan deja al descubierto los desajustes de un Barça más vulnerable pero ilusionado para remontar

Xavi hace estiramientos durante el entrenamiento de ayer.

Xavi hace estiramientos durante el entrenamiento de ayer.

DAVID TORRAS / JOAN DOMÈNECH
BARCELONA

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Cuatro grapas en el campo y dos puntos en el vestuario. Con la cabeza abierta regresó Carles Puyol de Milan, personificando la herida que causó el 2-0 de San Siro. «Me duele más el resultado», dijo el capitán sobre un inesperado traspié. Sobre todo, por la dimensión de la derrota y por la entidad de un rival que será aún más defensivo que en su casa. El Barça se encuentra obligado ya en octavos a protagonizar una noche perfecta para continuar el soñado camino hacia Wembley.

LA DEFENSA

Diez partidos seguidos encajando un gol

Una de las claves del partido de vuelta, no encajar un gol que obligaría a marcar cuatro, parece difícil de cumplirse si no se corrige una dinámica que retrata desajustes defensivos. Lejos de la firmeza de otras épocas, el equipo lleva 10 partidos encajando goles. Ni siquiera la presencia de Piqué y Puyol, que a principio de temporada apenas coincidieron por lesiones, ha roto esta tendencia. Por más que Alves aparezca señalado en muchas de estas jugadas, y que sus desapariciones sean cada día más evidentes, hay un problema más general que nace en la falta de presión a partir del centro del campo. Y a eso hay que añadir falta de concentración en algunas acciones, como en el Milan, tras un saque de banda como ya ocurrió en Anoeta.

LA ALINEACIÓN

La rutina de un once de gala y poca agitación

El duro golpe de San Siro tiene mayor efecto por los once nombres que formaron. Un once de gala que pierde el factor sorpresa pero que apenas se discute. Ha combinado resultados contundentes (0-4 al Levante y 4-0 al Espanyol) con una derrota (3-2 ante la Real Sociedad), y un empate (1-1 en el Bernabéu con el único cambio de Pinto por Valdés). El nudo de este equipo nace en la voluntad de incluir a Cesc junto al triángulo intocable Busquets-Xavi-Iniesta. Un cuadrado que implica un ligero desplazamiento de Iniesta a la izquierda, aunque no tan exagerado como antes por la presencia de Alba.

La apuesta es clara y se ha insistido en ella reiteradamente. Los cuatro han coincidido en más de 10 partidos, una tercera parte, lo que minimiza las opciones de otras piezas, como Thiago o Song. A esto se añade la poca movilidad en los cambios y que en la mayoría de las ocasiones son pieza por pieza. En San Siro se echó en falta por ejemplo ese intervencionismo desde el banquillo que Guardiola mostraba más que nadie y que Tito también había exhibido.

MESSI

Ni un disparo bien dirigido a portería

Nadie mejor que Leo Messi para retratar la nulidad del Barça en ataque. No chutó ni una vez a puerta en los 90 minutos, algo inédito, y acabó entre resignado y ausente. Hizo el gesto de bajar al centro del campo a recibir balones, pero también acabó renunciando a ello.

Es el segundo partido en toda la temporada (el otro fue el 0-0 del Benfica en el Camp Nou) que el Barça se queda a cero. Peor que eso. No generó ni una sola ocasión de gol y Abbiati solo tuvo que detener un lejano disparo de Xavi. En la vuelta, el Barça se enfrenta al reto de darle la vuelta a esta situación, presionado por la necesidad de marcar dos goles, un desafío que recuerda al del Inter. O al del Chelsea. Y exigirá la presencia del mejor Messi. Porque la gélida noche lombarda retrató, al mismo tiempo, un déficit conocido: ningún delantero (Villa, Pedro, Alexis, Tello) toma el relevo anotador que subsane una mala actuación del astro.

EL FUTURO

La Copa con el Madrid cobra relevancia

Con la Champions comprometida, también para el Madrid (1-1 en la ida ante el Manchester), la Copa cobra relevancia. Los malos resultados europeos convierten el tercer trofeo en un objetivo nada desdeñable. El primer pulso entre los grandes, también un 1-1, pone en franquicia la semifinal para el Barça. Los azulgranas deberán mostrar signos de recuperación anímica y futbolística mañana ante el Sevilla. Luego vendrá el Madrid y, posteriormente, el clásico se repetirá en la Liga pero en el Bernabéu. «Será un duelo muy tenso, como todos los anteriores, porque hay una final de por medio», añadió Xavi, que expresó el propósito de enmienda del equipo. «Creo que lo arreglaremos, es cuestión de creer en ello», apuntó Piqué en Twitter.