El último récord de Clemente

Valverde se convertirá este domingo en Valencia en el entrenador que más veces ha dirigido al Athletic, superando al legendario extécnico

Clemente es manteado por sus jugadores en la gabarra del Athletic, en 1984.

Clemente es manteado por sus jugadores en la gabarra del Athletic, en 1984. / periodico

IGOR URIGUEN / BILBAO

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Javier Clemente no es ya el último entrenador que conquistó un título con el Athletic después de la Supercopa que ganaron los rojiblancos el curso pasado ante el Barça, pero sí quien fue capaz de subir al equipo a una gabarra para celebrar la Liga de la temporada 82-83 y el doblete de la 83-84. Ahora bien, Txingurri Valverde, que así le bautizó él mismo cuando le dirigió a posteriori en el Espanyol, le arrebatará este domingo al siempre polémico míster baracaldés un registro nada desdeñable, puesto que el duelo ante el Valencia supondrá su partido oficial número 290 al frente de los bilbaínos. Estadística a la que El Rubio encuentra explicación más allá del "lógico mérito", y es que "hoy en día se disputan más encuentros, sobre todo europeos".

Es el apunte de un Clemente que no ha perdido su carácter combativo, reacio a los clichés impuestos en el fútbol presente. Tiene claro que para llevar las riendas de un grupo como el vizcaíno no vale cualquiera, porque el Athletic está obligado a plasmar "un estilo propio". De ahí que no se ruborice al afirmar que aquella generación donde las alineaciones "se sabían de carrerilla", desde Zubizarreta a Dani, pasando por Urtubi o Argote, lucharía en la actualidad "por ser campeona".

LA ENSEÑANZA DE ROBSON

Porque a la calidad que atesoraba, unida a la juventud de un plantel de nueve internacionales "donde no había 11 jugadores sino 22", él supo inyectar un "espíritu de convivencia" necesario y un catecismo futbolístico que en parte él absorbió de las 'masterclass' a las que asistió en su viaje a Inglaterra, cuando quiso aprender de Bobby Robson en el Ipswich Town. Una defensa zonal que implantó en todas las categorías en Lezama "y que pronto todos imitaron". "Es que el Athletic, con su filosofía y el nivel de población, no puede hacer lo mismo que el resto para ganar". 

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Clemente entiende que el fútbol es de los jugadores, y que cuando se habla de espectáculo les pertenece a ellos y no a los técnicos, de ahí que cuando la gabarra surcó los mares se sentó "en la parte de atrás para ver el jolgorio de los demás". Lejos de la idea que de él se tiene, no se apropia de aquellos éxitos sino que los basa en lo que transmitieron otras personas del cuerpo técnico, como el masajista Natxo Biritxinaga, que "se disfrazó de Eva Nasarre antes de la final de Copa ante el Barça" para relajar el tenso ambiente que se respiraba y que claudicó en la tangana posterior. Llegaría meses después su despido por el 'affaire' con Sarabia, explicado por enésima vez en sus palabras por la negativa del delantero a ejercer como hombre de refresco tras "perder capacidad física" y la postura en su contra de un periódico. "Y eso que tenía a toda la plantilla de mi parte", rememora siempre. 

CONTRA BIELSA

En los últimos tiempos Clemente nunca ha negado que le gustaría encargarse del proyecto de cantera pero las puertas se le han cerrado en todo proceso electoral. "Debe de ser porque a los presidentes les caerá mejor otro que yo". Y ha sido él de los pocos que en Bilbao se han atrevido a censurar la etapa de Marcelo Bielsa en la que el Athletic dirimió una final de la Europa League y otra de Copa, cayendo en ambas. "Es muy buen entrenador, pero no para el Athletic. Fue malo para el Athletic porque el concepto de cómo es este equipo no es el que él tiene del fútbol. Valdrá para Argentina, para entrenar en Francia, en el Barça o el Madrid, pero no aquí. Jugamos bonito unos cuantos partidos. Llegamos a dos finales, sí, pero lo hicimos muertos, y al año siguiente casi bajamos". "Y es que aquí es tan importante no descender como un título. Me ha tocado vivir las dos cosas, y salí airoso. Y ojo, que en algunos sitios como Gijón o Valladolid no he podido hacerlo", precisa Clemente, que guarda en su mochila de momentos gratos "el tercer puesto con el Espanyol, todo un récord, y la final de la UEFA que perdimos tontamente".

Se congratula el vizcaíno de cómo el Athletic de Valverde ha mantenido regularidad estos años pese a la marcha de jugadores de peso como Llorente, Martínez o Herrera, pero avisa: "Es malo y peligroso que se vayan o vendamos futbolistas. Ha salido bien, pero cuidado con esas cosas", dice, quizá por lo que pueda acontecer con gente como Laporte, que decidió quedarse, por el momento. "Contamos con chavales que deben madurar y hacerse fuertes", valora, como lo hace con el mayor baluarte del equipo, que, eso sí, "tiene 36 años". "El número uno es Aduriz. Se ha cuidado, ha entrenado bien y es físicamente fuerte", aplaude quien hizo de la explosividad física un aval para lograr metas importantes.

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Porque en el espectáculo del tiki-taka aprecia sobre todo literatura periodística. "Por ejemplo, ahora dicen que el Barça ha perdido su estilo. ¡Pero si tiene el mismo que hace siete años! Eso del estilo es un invento. Hay entrenadores que dicen que nunca renunciarán al estilo. ¿Son magos? Si es que eso lo dan los jugadores. ¿Cómo jugar? Pues con la mejor forma para ganar, y si te pillan el truco, pues cambias. Cuando un entrenador dice que va a dar espectáculo, ¿de qué habla? ¿Va a salir en calzoncillos y a dar saltos? El espectáculo lo dan Messi, Neymar...". Y lo formula justo cuando el Barça llega de ser vapuleado por el PSG y con su míster cuestionado. Un Luis Enrique del que Clemente asegura ser "un enamorado". "Me parece uno de los grandes", añade. Y va más allá. "Yo tengo confianza en que el Barça remonte el 4-0. No es por quedar bien", aventura.

PASIÓN POR ENTRENAR

Aguarda Clemente una llamada porque no concibe su vida con la etiqueta de exentrenador, y para mantenerse en activo no dudó en experiencias como las de una Serbia novata, Camerún y Libia, esta última marcada a fuego "por el entusiasmo de un país en guerra por jugar al fútbol y mejorar". Cuatro décadas en los banquillos en su expediente. Simplemente Clemente, capaz de comprarse un equipo, ironiza, con tal de abandonar el paro.