Tragedia reconstruida

La historia del Manchester United está marcada por una tragedia que puso a prueba su futuro. Una historia de película que hasta ahora no había sido filmada y que se estrena la próxima semana en DVD y Blu-ray. Su título tiene un doble sentido:United,que es el nombre del equipo y que también puede traducirse comoUnidos. Para conocer los detalles hay que remontarse a 1945, tras la segunda guerra mundial. En octubre fue nombrado mánager Matt Busby, un exjugador que apostó por la gente joven y que formó una plantilla cuya media de edad era de 22 años. Un equipo que fue bautizado como los Busby Babes (los niños de Busby).

El milagro llegó a mediados de los años 50, cuando consiguieron alzarse con el título de la Liga de Primera División inglesa. Aquel mítico equipo llegó a participar en la incipiente Copa de Europa, pero en 1958 un hecho inesperado truncó su prometedora trayectoria. Después de clasificarse para la semifinal en Belgrado contra el Estrella Roja, el Manchester United fue víctima de un trágico accidente aéreo tras una escala en Múnich durante el regreso a casa.

El suceso destrozó a todo el equipo: algunos de los futbolistas fallecieron, otros padecieron graves heridas que les obligaron a abandonar el deporte y tan solo unos pocos consiguieron sobrevivir y volver a la competición. Entre ellos, un muchacho que estaba llamado a convertirse en una leyenda: Bobby Charlton.

El filme ha sido producido por la BBC y dirigido por James Strong, realizador televisivo de varios episodios de una serie de culto comoDoctor Whoy de la sofisticadaDownton Abbey. El nombre más conocido del reparto es el de Dougray Scott (el rival de Tom Cruise enMisión Imposible 2), que interpreta a Busby. Los otros dos pilares son Jack O'Connell, que da vida al joven Bobby Charlton, y David Tennant (el cazavampiros deNoche de miedoy Barty Crouch en la saga deHarry Potter), que se mete en la piel del entrenador Jimmy Murphy.

La mirada de Charlton predomina en el relato. La acción se inicia en 1956, cuando sueña con incorporarse al equipo. El preparador insiste en que no tenga prisa, que trabaje al máximo, que aprenda a utilizar ambas piernas y a jugar al primer toque. También le insta a divertirse -«disfruta con cada toque, todo pasa muy rápido», le dice- y le explica lo que significa jugar en el Manchester United: convertirse en el orgullo de los obreros que trabajan en los alrededores.

Eran otros tiempos: algún jugador fumaba constantemente en pipa, los partidos solo podían seguirse en el campo o por la radio, los noticiarios cinematográficos eran los únicos que mostraban las evoluciones en movimiento y los futbolistas ni siquiera estaban asegurados e intentaban pasar desapercibidos.«No les digas a las chicas que eres futbolista. ¿A qué puedes aspirar? A ganar como mucho 15 libras semanales y a los 40 años ya no sirves para nada», espeta uno de los personajes.

Unitedtambién apunta con bala a la Federación de Fútbol británica, concretamente a su presidente, que consideraba que la competición importante era su Liga y despreciaba la Copa de Europa. Se negó a cambiar de fecha el siguiente partido, muy cercano al encuentro de competición europea, lo que motivó que Busby decidiera contratar un avión privado para llegar a tiempo a su país. El avión que se estrelló.

Secuencias dolorosas

No hay una escena espectacular que muestre el siniestro. El relato pasa de los temblores del avión a un fundido a negro que enlaza con las crudas imágenes del aparato destrozado y los cuerpos diseminados en la nieve. Son las secuencias más dolorosas: la incertidumbre de los familiares sobre el estado de los suyos (las noticias no llegaban a la velocidad actual), los chicos descubriendo cuáles de sus compañeros les habían abandonado para siempre y sintiéndose culpables por haber sido escogidos por el dedo del azar para salvarse, el mánager lamentándose de su decisión de volar hacia Inglaterra y, la más gráfica de todas, el entrenador viendo el gimnasio donde entrenaban repleto de féretros.

La emoción se apodera del tercer acto. Ante la ausencia de un Busby convaleciente, Murphy tuvo que tomar decisiones rápidas y convencer a los directivos para escudriñar todos los rincones en busca de futbolistas con los que el Manchester United pudiera seguir compitiendo. Fue un momento crítico, pues el futuro de la institución estaba en juego. Pero la gente anónima se solidarizó con el equipo, como plasma una escena que recuerda a¡Qué bello es vivir!de Frank Capra. Estos héroes de la calle consiguieron homenajear a lageneración perdidacon más ilusión que presupuesto y sentar las bases para el club superprofesionalizado en el que se ha convertido.

Para preparar el rodaje, los actores visitaron el museo de Old Trafford de la mano de un veterano guía que vivió aquella época, vieron los rostros de los hombres a los que darían vida y asistieron a entrenamientos de equipos de Primera División. También se entrevistaron con un testigo de excepción, Harry Redknapp, actual entrenador del Queens Park Rangers, que de niño vio el último partido en Inglaterra de los Busby Babes y los conoció personalmente.

No es una superproducción estadounidense de elevado presupuesto, por lo que ni se muestra el suceso ni hay ni una sola imagen de los partidos de fútbol. Su propósito es contar una historia humana sobre el sueño truncado de un grupo irrepetible y sobre la capacidad de superación de unos luchadores que lograron que, como el ave Fénix, el United renaciera de sus cenizas. Una lección para estos tiempos, pues enseña al espectador a creer en sí mismo cuando surgen las adversidades.