OPINIÓN

Todos los colores naranjas

El equipo Euskaltel desaparece tras 19 años en el pelotón profesional

Samuel Sánchez

Samuel Sánchez / periodico

SERGI LÓPEZ-EGEA

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Decía la vieja canción deRaimonque 'tots els colors del verd, Gora Euskadi diuen fort'. Pero con el paso de los años el naranja sustituyó al verde y con ese color centenares de miles de camisetas poblaron las carreteras y las cuestas de las cumbres ciclistas. Los Pirineos, los del Tour sobre todo, se convirtieron en las cimas de los vascos, porque ellos se sentían identificados con un equipo, el suyo, al que amaban, tan fuerte o más que el Athletic o la Real Sociedad. Porque los amantes del ciclismo en Euskadi, que son muchos, podían tener su corazón partido en temática futbolística pero cuando se subían a la bici solo tenían un color y un equipo:el naranja del Euskaltel.

La historia no continuará. Tuvo un principio, por allá 1994, y, por desgracia, ya tiene fecha de caducidad, 31 de diciembre del 2013. Ya no habrá equipo vasco, ni en el Tour, ni en la Vuelta, ni en el Giro, ni en ninguna otra carrera o prueba secundaria. El equipo dejará de pedalear porque ninguna empresa privada, en tiempos de crisis, ha querido asumir la aportación de las instituciones vascas. Se acabó el dinero público y el Euskaltel deberá decir 'agur', con el dolor en el corazón y con millones de kilómetros superados en 19 años en el pelotón profesional.

Quedarán como pioneros nombres como los dePello Ruiz Cabestany, de los primeros que vistió el 'maillot' del equipo, que por aquel entonces solo se llamaba Euskadi, con el rojo, blanco y verde, los colores de la ikurriña. Como Íñigo Cuesta, el primer foráneo, el primer no vasco, el burgalés que creció como ciclista en Euskadi, como lo hizo años más tardeSamuel Sánchez, el asturiano que mayores éxitos le dio a la escuadra vasca.

Como si se tratara de un milagro, por allá 1993, el Euskadi se gestó en Lourdes, un día de gloria deMiguel Induráin en la 'grande boucle'.Miguel Madariaga, con contactos políticos, mecenas del ciclismo aficionado en el País Vasco, tuvo la idea: la creación de un equipo ciclista profesional por suscripción popular. Pero el dinero se acabó pronto y apareció la primera crisis, que palió una empresa vasca, de reciente creación, con un antiguo lendakari (José Antonio Ardanza), al frente. Euskaltel, la telefonía móvil en color naranja, salvó al conjunto vasco en 1997. Y así lo hizo hasta ahora, cuando ya no ha podido asumir la totalidad del coste del equipo después de que el Gobierno vasco y las diputaciones forales cerraran el grifo de las subvenciones.

Sería injusto no acordarse ahora de Roberto Laiseka, de una cima, Luz Ardiden, y de un Tour, el del estreno, el del 2001, cuando el ciclista vizcaíno triunfó en la cima pirenaica, después de haber logrado antes otras dos victorias de etapa en la Vuelta, en Abantos (1999) y en Arcalís (2000). Llegó después el Tour del centenario (2003) con dos chavales que luchaban contra viento y marea, en los años tenebrosos del ciclismo:Iban Mayo yHaimar Zubeldia.

Y otra fecha para el recuerdo, aunque la gesta no se consiguió con el jersey naranja. El 9 de agosto del 2008, junto a la milenaria muralla china,Samuel Sánchez se convirtió en campeón olímpico, antes de recompensar al conjunto de todos los vascos llevando la ilusión de pelear por las generales del Tour y la Vuelta. Han pasado 19 años y la llama de Euskadi se apaga. La Vuelta será la carrera de la despedida.Mikel Landa,Mikel Nieve,Igor Antón, los hermanosIzagirre, todos ya con equipos firmados o apalabrados, pero nunca jamás a lomos de una bici con un 'maillot' naranja. Todos los colores naranjas ya no gritarán más Gora Euskadi desde el fondo de sus corazones ciclistas.