Tito se corona a medianoche

El técnico del Barça inaugura su palmarés con la 22ª Liga azulgrana tras el 1-1 del Espanyol-Madrid y hoy estrenará el título en el Calderón

DAVID TORRAS / Barcelona

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El primer gol del Espanyol al Madrid en Cornellà-El Prat ayudó a dar la Liga al Barça. Una pequeña anécdota que tal vez no resista el paso del tiempo frente a las verdaderas consecuencias que desencadenó. Stuani aceleró el alirón anticipado de los azulgranas que el empate de Higuaín no pudo frenar. Al Barça de Tito le esperan cuatro jornadas desfilando de pasillo en pasillo. El primero será esta tarde en el Calderón, ante el Atlético (19.00 h.). El tercero debería ser, curiosamente, en el campo donde ayer se coronó, a la medianoche, en el derbi.

Para entonces, tal vez el Barça persiga el récord de los 100 puntos que Mourinho se atribuyó como mérito suyo. Mira por dónde, el Tito a quien despreció hace dos años -«¿Tito? ¿Pito? No sé quién es»- después de meterle el dedo en el ojo, ha precipitado su salida. Guardiola le ganó una Liga, la primera de su estancia en Chamartín, y Tito la tercera.

FELICITACIÓN INMEDIATA / Mourinho no pudo evitar el penúltimo sofocón de la temporada -quizá el último sea en la final de Copa ante el Atlético, ante el que nunca ha perdido- ni tampoco que el Barça empiece a celebrar la Liga en Madrid. En el Calderón. En el mismo estadio donde Guardiola se despidió con la Copa, Tito estrena su palmarés. El portugués, por un día, tuvo un arrebato de deportividad. «Quiero felicitar a los técnicos, a los jugadores del Barcelona y a sus aficionados por ganar una Liga que hasta ahora era nuestra», dijo Mou, en la primera respuesta.

Solo lo ha sido un año. Un paréntesis. Cuatro de las cinco últimas han entrado en el museo del Camp Nou. Implica, a ojos del madridismo, de Florentino Pérez, que en el Barça se ha escrito un punto y seguido desde la marcha de Guardiola, y que el fin de ciclo es el de Mourinho. Tito fue el heredero de Pep y el portugués se irá sin relevo. Nadie espera ni desea que lo sea Karanka. Andoni Zubizarreta, el director deportivo del Barça, confió en Tito y el entrenador ha recuperado el trofeo.

LA LIGA DE ABIDAL / En lo que parece un guiño, la Liga número 22 del Barça evoca la figura de alguien muy especial, un ejemplo de superación, de sacrificio, de ilusión, valores que han acompañado a este equipo en este largo ciclo y que se imponen mantener aunque precisamente él, el 22, Eric Abidal, esté a un paso de la puerta de salida. De vez en cuando, el fútbol tiene estos gestos, justicia poética si se quiere, o simplemente un guiño hacia un futbolista que ha dejado una huella especial, con el recuerdo imborrable de sus manos alzando la Champions en Wembley, y la emoción del Camp Nou en su regreso hace unos meses.

Esta Liga luce el número de Abidal, pero honra sobre todo el esfuerzo de alguien que también ha vivido una dramática experiencia y que ha acabado saliendo adelante llevando al equipo de la mano. Nadie como Tito ha peleado por esta Liga. Ayer, al fin, llegó la recompensa a una larga travesía marcada por la recaída del técnico y su larga ausencia.

Como si se tratara de una metáfora de ese situación, la conquista del título llegó en una semana en la que Tito ha pasado unos días en Nueva York, donde vivió a distancia el día a día del equipo durante dos meses, con Jordi Roura ejerciendo de intermediario. El Madrid de Mourinho tiró definitivamente la toalla, cansado de prolongar una persecución imposible sobre un equipo que se le fue escapando al principio y ya no ha permitido acercársele. Lo hizo en Cornellà frente al Espanyol que, por una vez, no cumplió el papel pusilánime ante los blancos que muchos culés daban por seguro.

EL FINAL DE MOURINHO / A falta de cuatro jornadas, el Barça ha recuperado la Liga y ha sellado un lustro inigualable en las grandes ligas europeas, con cuatro títulos de cinco. «Sí que hay que darle valor a la Liga, se la ganamos al mejor Madrid de la historia, el de los 100 puntos», destacó Tito, ayer, poco antes de inaugurar su palmarés. Al regreso del Calderón se abrirá el calendario de festejos. Mañana lunes habrá un rúa por las calles de la ciudad, que se iniciará en el World Trade Center, en el Port de Barcelona (18.30 h.) y acabará cerca del Camp Nou.

«Lo mejor de esta Liga ha sido la vuelta de Abidal y Tito», dijo ayer Sandro Rosell sobre el césped del Camp Nou. «Sustituir al mejor entrenador de la historia no era nada fácil», aseguró el presidente del Barça, que anunció, una vez conquistada la Liga, el inicio de la planificación de la próxima temporada. Será una renovación tranquila pese a que en el vestuario se han abierto pequeñas grietas. Algunas parecen imposibles de cerrar.

LA RENOVACIÓN /La de Valdés, por ejemplo, decidido a marcharse sin dar explicaciones ni escuchar a nadie, en una ruptura que tiene muchos puntos oscuros. Ayer volvió a lesionarse, en su temporada más accidentada, y Pinto ocupará hoy su puesto. Al lado de Valdés, otro capitán, el primero en rango, Carles Puyol también anda en una extraña situación. Desaparecido desde su decisión de operarse precipitadamente tras su suplencia frente al Milan, su futuro ha entrado en una fase de incertidumbre. No debería ser así tras haber renovado hasta el 2016.

Habrá más casos que Tito y Zubizarreta estudiarán. Todos estaban postergados a que se entonara el alirón. Ya está. El futuro del campeón se escribe desde hoy. Con Tito al frente y con la convicción de que lo peor ya pasó.