LA FINAL DEL FÚTBOL AMERICANO

Manning vs. Newton, la batalla generacional de la Super Bowl

Peyton Manning, de los Broncos, y Cam Newton, de los Panthers.

Peyton Manning, de los Broncos, y Cam Newton, de los Panthers. / periodico

IDOYA NOAIN / NUEVA YORK

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En San Francisco hace unos días, en uno de los múltiples eventos que rodean a la Super Bowl, se presentó un invento de un gigante tecnológico que permite disfrutar del deporte con realidad aumentada, hologramas, imágenes y estadísticas. Este sábado, en la Universidad de Stanford, la Liga Nacional de Fútbol americano (NFL) ha organizado un concurso en el que 12 start ups buscan fondos para desarrollar productos que mejoren la experiencia de ver partidos, en casa o en estadios, y ayuden a crear al «atleta del mañana».

No es cuestión solo de que, en sus bodas de oro, la Super Bowl, el partido que determina al campeón de la NFL y que este domingo mide en duelo a los Broncos de Denver y los Panthers de Carolina, se vaya a celebrar en el Levi's Stadium de Santa Clara, en el corazón del californiano Silicon Valley. Es cuestión también de que la NFL sigue centrándose en cómo llegar al público más joven.

LOS 'CATS', FAVORITOS

En la liga, pese a esa apuesta, son conscientes de que la tecnología y los avances no sirven de nada si lo que sucede en el campo no es bueno y saben que «el foco debe seguir siendo la competición humana», como ha dicho Brian Rolapp, vicepresidente de medios. Y la Super Bowl de este año tiene ingredientes de competición (y generacionales) prometedores.

La octava Super Bowl para los Broncos, dos veces campeones, y la segunda para los Cats, que llegan como favoritos tras un registro 15-1 en la temporada, es también el duelo de sus dos quarterbacksPeyton Manning y Cam Newton, y los dos son el emblema, o al menos el rostro más destacable, del pasado reciente de la NFL y de su futuro.

¿EL ADIÓS DE UN MITO?

Manning, con un récord de cinco premios de MVP y una copa Lombardi lograda hace nueve años con los Colts de Indianápolis (donde jugó desde que fue elegido número uno en el draft de 1998 hasta el 2012), podría despedirse del fútbol profesional tras este partido, su cuarta Super Bowl. No lo ha confirmado oficialmente, pero el de Nueva Orleans tiene 39 años y en la última temporada (estadísticamente la peor de su carrera) se han evidenciado su bajo estado de forma y la disminución de fuerza en su brazo, sombras en la trayectoria de uno de los jugadores que con más inteligencia ha entendido y practicado el fútbol americano en años recientes. Hace no mucho se le oyó decir: «Este puede ser mi último rodeo».

Listo para darle el relevo está Newton, el exuberante quarterback de Atlanta de 26 años que, desde que fue elegido también como número uno en el draft, en su caso en 2011 por los Panthers, se ha convertido en una máquina de récords mezclando la fuerza de su brazo con la habilidad para moverse y controlar el balón. Todo apunta al premio MVP esta temporada e incluso Manning se rinde a sus logros. El martes, en el encuentro con los medios, el Sheriff reconocía: «Lo de Cam este año ha sido impresionante, es un gran pasador, un gran corredor y un gran líder».

EXUBERANTE RELEVO

Newton, o Superman, es también llamativo, dentro y fuera del campo. Sus vistosas celebraciones le han ganado numerosas críticas y gestos torcidos. Y aunque la semana pasada él sugirió que en parte se trataba de una cuestión racial («soy un quarterback negro que asusta a la gente porque no han visto nada a lo que puedan compararme») esta semana ha intentado reconducir la conversación y ha mostrado hartazgo. «Este juego es más grande que negro, blanco o incluso verde», dijo en la sesión con la prensa previa a la Super Bowl, la fiesta mayor de un negocio que mueve 12.000 millones al año.

El espectáculo está listo, con la seguridad intensificada con el recuerdo de los atentados de París en la memoria (pero ninguna amenaza creíble), el intermedio musical de Coldplay a punto y Lady Gaga preparada para cantar el himno nacional. Ahí esperan, por supuesto, los anuncios, elemento central en este acontecimiento que es casi fiesta nacional en EEUU, donde el año pasado más de un tercio de la población se reunió ante distintas pantallas. Pero también está listo el deporte, y este año con el aliciente de una batalla generacional.