LA PRETEMPORADA AZULGRANA

Suárez, sin compañía

Suárez, antes de marcar su gol en Florencia

Suárez, antes de marcar su gol en Florencia / periodico

JOAN DOMÈNECH / BARCELONA

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Segunda derrota en cuatro partidos, más un empate y una sola victoria ante el rival más flojo, el estadounidense Los Ángeles Galaxy. Los resultados de la pretemporada, esquivos, denuncian que el Barça aún no está fino. Algo que no debería preocupar cuando falta una semana larga para la entrada en competición (ante el Sevilla, el 11 de agosto, en busca de la Supercopa de Europa) y ante la inminente incorporación de cuatro futbolistas, dos de ellos fundamentales como Messi y Neymar.

Sin ellos, Luis Suárez se sintió algo desamparado. Y el Barça, demasido falto de gol. El déficit fue tan acusado que se pagó ante una Fiorentina que presenta bastante menos potencial que el Manchester United y el Chelsea. Suárez hizo su trabajo, al meter su golito, pero careció del acompañamiento estelar que mantiene al Barça a salvo de catástrofes. El problema no fue únicamente ofensivo en Florencia. El Barça falló en las dos áreas. Fue inocente en ambas, cediendo a la Fiorentina claras ocasiones. Impropias concesiones de un equipo de la talla del Barça, que pagó como corresponde. Como se merecía para que Luis Enrique haga correcciones inmediatas.

CENTROS Y REMATES A PLACER

El breve naufragio inicial, con dos goles en contra, dieron paso a un Barça que se estabilizó pronto, pero que fue incapaz luego de ver la luz en ataque. La diferencia entre el tridente y los posibles recambios es abismal. Algo sabido y asumido, que cobró relieve por los errores defensivos. Valero y Joaquín centraron a placer, dentro del área, para que Bernardeschi, más placenteramente si cabe, culminara el partido de su vida en 11 minutos.

Ningún jugador del Barça disfrutó de semejante libertad. Ni Suárez, que forcejeó con el defensa antes de batir a Tatarusanu, el meta local. Le acompañaron Rafinha y Pedro, sin la chispa ni la lucidez necesarias. Al extremo canario le han abandonado los duendes. Tuvo tres ocasiones de aquellas que solía transformar, y ninguna de las tres transformó.

ACTITUD EJEMPLAR

Pedro dejará un buen recuerdo si se va a Inglaterra. Los números del extremo han bajado, pero la actitud nunca ha descendido. Ni un gol ha marcado en los cuatro partidos de la pretemporada el primer recambio del tridente, pero sin regatear ni un gramo de esfuerzo aun sabiendo que su futuro se orienta hacia la Premier. El empuje del canario ayudó a cambiar el horripilante inicio del Barça, que reconquistó el mando a fuerza de buscar posesiones largas e intimidar con llegadas al área, suficientes para equilibrar el marcador.

Los arreones del segundo tiempo fueron tan infructuosos como los del primero, cuando aún estaban frescas las piernas y jugaban los mejores. El Barça perdió algo de control a medida que pasaban los minutos, pero en la ida y vuelta tampoco se siente incómodo desde la llegada de Luis Enrique. La cuestión se reduce a la efectividad, y la de los azulgranas anduvo ayer por los suelos.

Mientras Alba sufría el 'revival' de Joaquín, cuya continuidad en Florencia es incierta, y Piqué y Vermaelen se desgañitaban, Sergi Roberto cuajó un gran encuentro como lateral. Atacó bien y sus centros exhibieron una regularidad que ni la del mejor Alves. Jugó de interior derecho e izquierdo (Rafinha empezó de extremo y terminó de interior) y aportó soluciones para el futuro.