La situación azulgrana

«Soy del Barça, lo siento»

Alexis, en el partido ante Venezuela de los cuartos de final de la Copa América.

Alexis, en el partido ante Venezuela de los cuartos de final de la Copa América.

EMILIO PÉREZ DE ROZAS
BARCELONA

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Es evidente que el trabajo negociador de Josep Maria Bartomeu, Toni Rossich, Andoni Zubizarreta y Raúl Sanllehí ha sido muy importante para lograr que Alexis Sánchez, escogido mejor futbolista de la pasada temporada en Italia, terminara vistiendo de azulgrana. Pero los esfuerzos del vicepresidente económico, del director general, del director deportivo y del responsable del fútbol profesional azulgrana no hubiesen servido de nada, hubiesen sido papel mojado, de no ser por la decisión del jugador chileno, que, desde que supo que el Barça y Pep Guardiola lo querían, les dijo tanto a su representante, el argentino Fernando Felicevich, como al dueño del Udinese, Giampaolo Pozzo, que de no fichar por el Barça seguiría en el Udinese.«Soy del Barça, lo siento; solo quiero ir al Barça. Por mí puede rechazar todas las ofertas que no vengan del Barça», fue la orden, el consejo, la sugerencia que Alexis Sánchez hizo a la gente de su entorno.

La negociación se ha dilatado tanto en el tiempo no porque Sánchez tuviese dudas, ni siquiera porque se resistiese a ganar en el Barça tres veces menos de lo que le ofrecían el Chelsea y el Manchester City (el Manchester United no tuvo ni siquiera posibilidad de transmitirle su oferta), sino porque la familia Pozzo intentó convencerle, en colaboración con los ejecutivos del Chelsea y del City, de que accediese a jugar en Inglaterra. ¿La razón? Económica, por supuesto. El Chelsea ofrecía 55 millones de euros al Udinese por Alexis Sánchez y el City, 50. El United no llegó a hacer una propuesta en firme porque sir Alex Ferguson prefirió conocer antes la opinión de Felicevich y de su representado, que se negaron en redondo a oír su oferta y le reiteraron que el jugador solo pensaba en el Barça.

Durante todas estas semanas de negociación, y mientras Sánchez trataba de ayudar a Chile a clasificarse para la final de la Copa América, André Villas-Boas, nuevo entrenador del Chelsea, y Roberto Mancini, míster del poderoso y millonario City, se pusieron en contacto, personalmente, con el goleador chileno y, por supuesto, con su representante. Ni Villas-Boas ni Mancini, que al fallarle Sánchez ha acelerado la contratación del Kun Agüero, pudieron convencer a la estrella chilena con cantidades muy superiores a las que, desde un primer momento, le ofreció el Barça.

Una oferta astronómica

Fuentes conocedoras de las negociaciones aseguraron ayer a EL PERIÓDICO que representantes del Chelsea y el City llegaron a ofrecer varios millones de euros a Felicevich«como premio»para que intentase convencer a su representado de que olvidase la oferta del Bar-

ça y aceptase jugar en la Premier League. Felicevich, que, según esas mismas fuentes,«posee un compromiso emocional con sus representados», hizo oídos sordos a esas ofertas sabedor de que la decisión del jugador era innegociable.

En algún momento, Felicevich oyó que uno de esos clubs estaba dispuesto a pagarle ocho millones de euros«limpios»por temporada a Sánchez, lo que le hubiese convertido en uno de los cinco jugadores mejor pagados del mundo.

El Barça, finalmente, ha fichado al chileno por 26 millones y 11,5 millones en incentivos. Todo por la cabezonería de Alexis Sánchez, que imitó y aumentó el gesto de Javier Mascherano con el Liverpool en el verano del 2010.