EL DÍA DESPUÉS DEL PRIMER GRAN DUELO DE LA TEMPORADA

Sin perder la sonrisa

Rossi y Márquez, juntos

Rossi y Márquez, juntos / periodico

EMILIO PÉREZ DE ROZAS / BARCELONA

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Lo dijo Livio Suppo, jefe del equipo Repsol-Honda, a 'gpone.com': «Solo hay que ver la TV. Valentino (Rossi) se gira hacia su derecha, ve donde está Marc (Márquez) y por dónde le va a pasar, es decir, por su derecha, y desplaza la moto hacia ese lado. La rueda delantera de Marc toca la trasera de Vale y Márquez cae. Nada que decir. No queremos polémica. ¿Lance de carrera? Pues lance de carrera». Y la conclusión de Márquez, entre sonrisas, fue también rotunda: «Siempre se aprende algo de Valentino, siempre». Y lo que aprendió el tetracampeón catalán es que esa camiseta del '10' de Argentina que el 'Doctor' lució en el podio no era en honor del Pelusa sino un anuncio del 10º título que Rossi persigue. «No, no, no era por mi 10º título. Lucí la camiseta de Maradona porque es el ídolo de nuestra generación», matizó Rossi.

La lección aprendida por Márquez es que «este no será un campeonato tan fácil como el del año pasado». Más lecciones: Rossi ha decidido pasar a otra fase en su trato con él, con Márquez. De los piropos a la competencia, incluso desleal. O legal pero en 'plan zorro'. La maniobra de Argentina, «lance de carrera», es el primer ejemplo. Rossi elogió sobremanera a Márquez cuando pisó MotoGP en el 2013. El año pasado siguió adulándole, pero ya pidió «por favor» que no le preguntaran más por Marc. Y este año ha decidido apretar las tuercas psicológicamente al bicampeón más joven de la historia de la categoría 'reina'.

Guerra psicológica

Márquez y su entorno lo intuían, pero en Termas de Río Hondo tuvieron la prueba definitiva. Rossi quiere un 10º título y luchará contra él, contra Honda, contra Jorge Lorenzo y contra Ducati. Y, desde siempre, la parte psicológica, la guerra mental, ha tenido mucho que ver en todos los triunfos de Rossi. El ídolo de medio mundo destrozó psicológicamente a 'Sete' Gibernau ', hirió a Casey Stoner, maltrató a Max Biaggi, dañó a Nicky Hayden y trató de volver loco a Lorenzo con sus artimañas, que protagoniza, no solo en la pista, sino también en el 'box', en la sala de prensa y en cualquier escenario en el que su graciosa labia pueda dañar la moral del rival a batir.

Es seguro que nadie notará cambio alguno en el comportamiento público de Márquez respecto a Rossi en Jerez. Seguirá habiendo complicidad y sonrisitas, pero, internamente, el piloto catalán ha cambiado de opinión sobre Rossi. Y, por supuesto, el tetracampeón de Cervera no va a complacer al 'Doctor', al que lleva dos años derrotando, que lo quiere ver nervioso y entrando al trapo de todas sus provocaciones.

El estilo es innegociable

Márquez no piensa abandonar la sonrisa ni el buen rollo en su relación con el nueve veces campeón, como tampoco variar su estilo de pilotaje. «Este es el estilo que me ha dado cuatro títulos mundiales», dijo al abandonar Argentina. «Marc podía haber ganado las tres carreras: Catar, Austin y Argentina. El binomio Márquez-Honda sigue siendo fabuloso --ha reconocido Suppo-- y confiamos ciegamente en él. Los grandes campeones ofrecen espectáculo y Márquez nunca se da por vencido. Eso comporta riesgo, claro que sí, pero es evidente que también éxitos».