la temporada azulgrana

Sin comparación

El Barça de Guardiola compite contra sí mismo, mientras Mourinho ya pierde frente a Pellegrini

DAVID TORRAS / BARCELONA
ANTONIO MERINO / MADRID

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Pep Guardiola tiene un duro competidor, alguien con unos números casi imposibles de superar, pero que se mantiene como una valiosa referencia porque no tienen nada que demostrarse el uno al otro. Es Guardiola contra Guardiola. En Madrid, en cambio, las comparaciones van por otro camino. Y empiezan a ser doblemente odiosas para José Mourinho. Ya no es solo la sombra del Barça la que le persigue, pesada e inalcanzable. De repente, en el Bernabéu han echado la vista atrás y han desenterrado a una figura que ellos mismos echaron por tierra: Manuel Pellegrini. En el mismo tiempo, con las mismas urgencias y sin tanto lloriqueo, los primeros pasos del técnico despreciado por Florentino fueron mucho más firmes que con The Special One.

No es fácil que el Barça se supere a sí mismo. Ahora anda algo por debajo de los números de hace un año, con tres puntos menos y un índice de efectividad inferior, uno de los elementos que Guardiola reclama resolver para evitar el sufrimiento del Calderón y de San Mamés. Pero el juego no ha cambiado, a pesar de que de un año a otro, en la misma jornada, la alineación presente unas cuantas variaciones, con Messi en casa. La esencia es la misma.

En el Madrid nada es igual. Pero las perspectivas que muchos se habían hecho con la llegada de Mourinho no se han cumplido todavía, y en el entorno blanco han vuelto a aparecer viejos fantasmas. En el palco del Ciutat de Valencia, Florentino Pérez asistía asombrado a un nuevo fiasco del equipo. Habría que verle la cara cuando le pusieron delante los números de Mou y los de Pellegrini.

El nuevo tropiezo volvió a estar aderezado con las quejas del técnico portugués, que comienzan a sonar a excusas para tapar el mal juego. Primero fue el césped del Bernabéu. Luego, el cansancio y ahora las pérdidas de tiempo del rival. Ante el Deportivo, el equipo estrenará césped. Lo de la fatiga es cosa del técnico, que ha decidido no rotar para dar una estabilidad al equipo que no tiene.

DISCREPANCIAS TÁCTICAS / Nada de eso ocurría con Pellegrini. El Madrid tampoco desplegaba un gran fútbol, pero al menos tenía pegada, una vía que podría maquillar ahora las carencias de un equipo previsible. No le hizo falta a Pellegrini tanta pizarra ni tanto método como despliega Mourinho.

«No hay que solucionar nada táctico», dijo tras el 0-0. No opinan lo mismo algunos jugadores. «Debemos mejorar mucho en ataque porque nos falta claridad. Si no metemos las pocas ocasiones que tenemos, malo. No es normal que no hagamos goles teniendo dos de los mejores delanteros del mundo. El año pasado marcamos más de 100», declaró Arbeloa.

Mientras, Valdano calificaba el empate como «desilusionante» y Florentino no tenía más remedio que mirar hacia otro lado para no ver al Barça por delante, cruzar los dedos para que la Cham-

pions sea otra cosa -juegan mañana en el campo del Auxerre- y esperar al choque del domingo ante el Deportivo. Mourinho ya no tendrá un campo de patatas. El Bernabéu será una alfombra. Una excusa menos.