ENTREVISTA

«Siempre pensé que tenía un don, necesitaba confianza»

Soriano juega con una pelota de tenis en el CT de La Salut, ayer.

Soriano juega con una pelota de tenis en el CT de La Salut, ayer.

JOAN DOMÈNECH / BARCELONA

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Es el mejor goleador español. Se codea con Messi y Cristiano como máximos artilleros de la temporada. Juega en el Red Bull Salzburgo y Jonathan Soriano Casas (24 de septiembre de 1985, Pont de Vilomara. Barcelona) combate el olvido ajeno con goles. España pasa de él. La selección catalana sí le tiene en cuenta.

-Unido a Messi y Cristiano...

-Es curioso, estando en Austria, en una Liga de segundo nivel. Estoy muy contento, con lo difícil que me resultó ganar confianza en España que haya tenido que ir a Austria para que la gente vea que marco goles.

-¿Lo dice con orgullo o reivindicando su categoría?

-No soy de los que recrimina nada. Las cosas han ido así. En España no me dieron confianza, pero yo siempre pensé que tenía no sé si es un don, una cualidad, para marcar goles. Hay muchos tipos de delanteros y yo tengo facilidad para ver portería. Lo único que necesitaba era la confianza de los entrenadores.

-¿La Bota de Oro...?

-Imposible. No solo porque necesitaría marcar 60 o 70 goles por la diferente puntuación de las ligas. Sé que es imposible. Mientras salga mi nombre con el de ellos, encantado.

-Treinta goles en 29 partidos y un promedio con el Red Bull de gol por partido, casi.

-Sí, es la mejor temporada de mi vida. Todo empezó en el Barça. Desde entonces todo ha ido muy bien. Se podrá discutir si la Liga austríaca es buena o mala, pero en Europa estamos bien. Ante el Villarreal veremos nuestro nivel.

-Será el nivel que sea, pero la dificultad de marcar es la misma en cualquier país.

-Nadie dice que Austria sea la mejor Liga, es evidente, pero el que ha jugado a fútbol sabe que marcar goles es difícil en todas partes.

-Un tío de Pont de Vilomara dejando huella en Salzburgo...

-Quién lo diría... Hará tres años que estoy allí y soy el capitán, el máximo goleador y he inscrito mi nombre en la breve historia del club. Me ven como un hombre importante. Me han salido otras propuestas pero no quieren que me vaya.

-¿Y usted qué quiere hacer?

-Estoy muy a gusto, me han tratado muy bien y no tendría problema en seguir, aunque no quiero cerrarme puertas. Quedan dos años y medio de contrato, no hay prisa.

-Después de ser un nómada tras pasar por el Almería, el Ejido y el Albacete, ahora es un emigrante.

-Me quité de encima el miedo a salir . Antes era muy extraño irte de España, y ahora, dejando a los grandes aparte, ya no ves seguridad y sí sufrimiento. La situación es muy difícil. En Salzburgo estoy en un equipo grande, luchando por los títulos y jugando en Europa.

-Descubra la Liga austríaca.

-Progresa, pero sin asentarse con la infraestructura que puedan dar las televisiones y los patrocinadores. Están saliendo jugadores muy buenos. Lo malo es que se van pronto. A la que despunta uno, viene un club alemán y se lo lleva.

-Dice que el punto de partida fue el Barça. ¿Cuando firmó por el filial?

-Sí. Desde que di ese teórico paso atrás, que ha sido increíble, gigantesco. Fue como volver a empezar, a subir las escaleras de nuevo. Venía de medio año con el Espanyol en Primera y de medio con el Albacete en Segunda e iba a un filial. A Segunda B. Me la estaba jugando, lo sabía. Era la última bala que me quedaba. Me encontré con una generación espectacular, todos dimos un salto cualitativo y ascendimos a Segunda.

-¿Y cómo sucedió todo? No tenía edad (24 años) para un filial.

-Me llamó mi agente diciéndome que había una posibilidad de ir al Barça B. 'Piénsatelo y me lo dices', me comentó. Si esa posibilidad es real, voy. Me daba igual el contrato y el dinero, lo importante era ir al Barça B. Quería jugar en un equipo donde la posibilidad de disfrutar como delantero era muy alta. Y fue así.

-Pero llegó la lesión de Múnich, jugando con el primer equipo.

-Una lástima. No me gusta mirar atrás de lo que podía haber sucedido si no me hubiera lesionado. No quiero elucubrar. Me lesioné en la rodilla. Mi oportunidad pasó.

-¿Le sabe mal, le ofende, que Del Bosque nunca le haya llamado para la selección española?

-No. Sé que el nivel de los delanteros es muy alto y que, jugando en Austria, tengo que hacerlo mucho mejor que otros que están en Inglaterra o España. Me habría gustado. Ir a al selección es lo máximo. No estoy pendiente cuando sale cada lista.

-Al menos jugará con la catalana.

-Para mí ya es un premio. Ir con ellos, compartir vestuario otra vez, jugar contra Euskadi un amistoso de alto nivel es emocionante.