Shakira y la cultura de la violación

MARTA ROQUETA

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Elmundo académico utiliza el concepto ‘cultura de la violación’ para referirse a aquélsistema de valores o actitudes sociales que legitiman, normalizan o perpetúan las agresiones sexuales a mujeres. La pancarta “Shakira es de todos” exhibida en Cornellá-El Prat es un ejemplo de estas ideas. El lema parte de la premisa que la mujer es propiedad del hombre. En consecuencia, el ataque a Piqué se produce en tanto que ya no posee a Shakira en exclusiva, sino que es compartida por varios hombres.En el contexto de conflicto en el que se exhibe la pancarta, el cuerpo de la mujer se considera un campo de batalla más que unos hombres se sienten autorizados para conquistar.

No hay que perder de vista que la persona verdaderamente atacada es Shakira, a la que se niega el control sobre su cuerpo y sexualidad. Shakira ha utilizado estos dos elementos en su faceta artística. Así pues, hay quien puede considerar que ella se lo ha buscado. Responsabilizar a la víctima de su agresión es una actitud más de la cultura de la violación, al presentar erróneamente las agresiones sexuales como algo “natural e inevitable” ante lo que solo cabe protegerse. Si además la mujer hace gala de una sexualidad activa, la carga de la culpa aumenta: no solamente no se ha protegido, sino que “ha ido a buscarlos”.

Ya en 2014, se publicó en internet un vídeo que mostraba parte de la afición del Espanyol cantando “Shakira es una puta” durante un derbi. Resulta pertinente plantearse si las autoridades deportivas han hecho todo lo posible para evitar la vociferación de insultos sexistas en los campos de futbol, teniendo en cuenta las medidas que se han tomado en casos de afrentas racistas. El joven que lanzó un plátano a Dani Alves durante un partido del Villarreal de la temporada 2013-14 fue detenido por la policía y el club le retiró el carnet de socio. La trabajadora del Barça que realizó gestos simiescos a un jugador del Racing de Santander en un partido contra el Llagostera esa misma temporada fue despedida.

LA PRENSA DEPORTIVA

La prensa deportiva también puede combatir la cultura de la violación. Aún son muchas las publicaciones que, para atraer lectores, utilizan el cuerpo desnudo de parejas de jugadores, supuestos líos y “aficionadas de tal deporte” –cuando no directamente mujeres que nada tienen que ver con el deporte. En ocasiones, estas ‘noticias’ son más numerosas, o están más destacadas, que los artículos sobre actos deportivos de mujeres deportistas. Esta selección editorial refuerza la idea de que una mujer es un objeto pasivo, destinado al uso y disfrute de una mirada masculina y heterosexual. Porque aún se asume que es el hombre quien mira deporte y lo practica.

No solo la representación de la mujer debe cambiar, sino también el relato que los medios de comunicación escriben sobre ellas. A menudo, la prensa, tanto especializada como generalista, perpetúa la concepción de que, en el mundo del deporte-espectáculo, una mujer despampanante es un objeto de lujo más al que aspira el deportista.