PATINAJE SOBRE HIELO

Sara y Sonia, las hermanas de Javier Fernández

Las dos patinadoras crecieron al lado del campeón mundial

Sonia Lafuente y Sara Hurtado, ante la pista de la final del Grand Prix en Barcelona.

Sonia Lafuente y Sara Hurtado, ante la pista de la final del Grand Prix en Barcelona. / periodico

JOAN CARLES ARMENGOL / BARCELONA

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No esconden sus sentimientos. Son como una familia y Javi es, para ellas, como un hermano. Empezaron juntos en una pista de hielo en Majadahonda y han vivido desde entonces prácticamente vidas paralelas, aunque el que ha llegado a cotas más altas es él, Javier Fernández, campeón del mundo y triple campeón de Europa de patinaje, que hoy buscará subir al podio en la final del ISU Grand Prix en Barcelona, como ya hizo el año pasado (plata).

Mientras él se luce e intenta desbancar al inabordable japonés Yuzuru Hanyu, a ellas no se les caen los anillos colaborando en la organización. Sara Hurtado (23 años) ejerce de didáctica speaker mientras los jueces deliberan y explica al público, en español e inglés, los secretos del patinaje. Sonia Lafuente (24), crono en mano, controla los tiempos de actuación de los patinadores. Las dos tienen en común, además de sus ganas de ayudar a que este deporte siga creciendo, su amistad, casi hermandad, con el hombre que ha situado a España en el mapa del patinaje.

«Es un orgullo y una alegría para nosotras todo lo bueno que le está pasando a Javi porque se lo merece. Y lo mejor es que nuestra relación no ha cambiado nunca. Sigue siendo aquel chico humilde, agradable y siempre con una sonrisa», asegura Sonia Lafuente, nacida en Las Palmas pero afincada en Madrid, y que desde octubre del 2013 comparte grupo de entrenamiento en Toronto con Javi y Yuzuru, entre otros alumnos aventajados del famoso entrenador Brian Orser. Con 18 años, Sonia ya acompañó a Javi en los Juegos Olímpicos de Vancouver 2010 (fue 22ª) y luego, con altibajos, ha llegado a ser 15ª en el Mundial del 2012 y 7ª en el Europeo del 2013. Ahora ya está clasificada para el Mundial de Boston de marzo y comparte con Javier las ganas de mejorar, sobre todo en esa sucesión de saltos triples necesarios ya para estar en la élite entre las chicas.

«Javi ha abierto a este país los ojos sobre la importancia de este deporte y a nosotros, como patinadores y compañeros, nos ha hecho darnos cuenta de que se puede, de que es posible... Que si tienes talento, aunque seas de un país sin tradición en el patinaje sobre hielo y con pocos recursos, se puede llegar si de verdad lo quieres y luchas por ello», explica Sara Hurtado, otra pionera. En el 2008 formó dúo con el barcelonés Adrià Díaz en danza (la modalidad más suave, por decirlo de alguna manera, del patinaje) y llegó a olímpica en Sochi 2014 (13ª), además de ser 14ª en el Mundial del 2015 y 5ª en el Europeo de este mismo año.

EL LEGADO

El futuro de Sara está ahora en el aire, ya que hace un par de meses decidió truncar su relación deportiva con Adrià («Llegó un momento en que no supimos superar un gran problema que teníamos en los entrenamientos», explica), dejar Montreal atrás y volver a Madrid. Está buscando pareja a contrarreloj para poder seguir. «No es fácil, porque en España no hay, y me doy de margen hasta junio para lograrlo. Si no, deberé explorar otros campos».

Sonia y Sara, Sara y Sonia, esperan que su ejemplo y la eclosión espectacular de Javier Fernández sirva para consolidar avances en el patinaje español. «Espero de corazón que gracias a la fuerza de Javi, a su tirón, cambien las cosas en este país», afirma Sara Hurtado. «Queremos creer que el efecto Javi continuará y perdurará, que dejará un legado. Hacen falta ayudas y, sobre todo, más instalaciones para que haya más jóvenes que puedan adquirir un buen nivel. Eso es lo que pedimos, porque entonces la probabilidad de que salga otro Javi Fernández será mucho mayor», añade Sonia Lafuente. Mientras, los tres seguirán formando la gran, o pequeña, familia del patinaje. «Cuando él está en el podio, es como si estuviéramos nosotras».