ESCÁNDALO EN LA NOVA CREU ALTA

El Sabadell retira el carnet a dos socios por el saludo nazi

La RFEF aplaza el cambio de la normativa para las nuevas medidas contra la violencia

MARIO PATINYO
SABADELL

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los dos socios que durante el Sabadell-Leganés del domingo fueron detenidos por realizar el saludo nazi serán expulsados del club. La directiva que preside el japonés Keisuke Sakamoto quiere erradicar estos símbolos de la Nova Creu Alta. «Nuestra afición no es fascista y estos gestos no la representan», argumenta el vicepresidente Ignasi Lúquez.

La polémica saltó durante el descanso. Tras ser recriminados por el público del gol norte (donde se instala el grupo más bullicioso en la denominada Grada Jove), dos socios sabadellenses fueron detenidos por fuerzas de seguridad privadas, que les acompañaron a la calle y entregaron a los Mossos d'Esquadra. El motivo oficial fue «realizar gestos de simbología nazi», aunque algunas versiones apuntaron a insultos racistas hacia el visitante Diamanka, cosa que el futbolista senegalés desmintió.

CABEZA DE TURCO / «No queremos a esta gente en Sabadell», asegura con contundencia Lúquez. Con esa misma firmeza han actuado a nivel institucional contra los detenidos. Fuera del estadio, a los dos abonados (identificados con las iniciales A.T.N. y A.J.R.) se les retiró el carnet de socio. Ayer se les abrió expediente con la intención de expulsarles de la entidad en la próxima reunión del Consejo de Administración. Desde el club insisten en que se trató de un hecho aislado por parte de «gente que, seguramente, no sabe ni lo que quieren decir estos gestos», aunque temen convertirse en cabeza de turco y recibir una dura sanción. «Me gustaría ver si todos los clubs actúan con tanda rapidez como nosotros», espetó Lúquez.

Paradójicamente, los hechos se produjeron en el extremo opuesto a donde suelen ubicarse los aficionados más radicales del Sabadell, conocidos como Hooligans Vallès. Este grupo dejó de ser peña oficial en el 2011, tras mantener una tensa relación con Joan Soteras, el presidente que más luchó por erradicarlos en sus siete temporadas de mandato.  De hecho, el mismo año de su desaparición como colectivo oficial, Soteras ya expulsó a uno de sus integrantes tras saltar al césped en un partido. La rápida intervención de la seguridad del club evitó males mayores y todo se quedó en una sanción de 300 euros. Esta vez, los socios denunciados se enfrentan a una posible multa de 6.000 euros y el Sabadell a un castigo ejemplar de Antiviolencia, aunque en el club confían en que su rápida y contundente actuación sirva de atenuante.

DESAIRE FEDERATIVO / La Federación Española de Fútbol (RFEF), por otro lado, ha hecho otro desaire al Consejo Superior de Deportes (CSD) al no aprobar ayer la modificación de su código disciplinario y reglamento necesaria para la entrada en vigor de las nuevas medidas contra la violencia. Entre las más significativas estan el cierre parcial de las gradas por episodios de violencia verbal y la pérdida de puntos y categoría por hechos más graves. La comisión delegada de la RFEF que tenía que modificar la normativa aplazó su reunión hasta el lunes que viene y el CSD ha anunciado «medidas coherentes con el nuevo escenario creado por el incumplimiento de la RFEF de los compromisos adquiridos».