Rusia, en fuera de juego

La saltadora de altura Maria Kuchina, cabizbaja, en una competición este jueves en el Meteor Stadium de Rusia.

La saltadora de altura Maria Kuchina, cabizbaja, en una competición este jueves en el Meteor Stadium de Rusia. / periodico

JOAN CARLES ARMENGOL / BARCELONA

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La amenaza de una exclusión colectiva de Rusia de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro (5 a 21 de agosto) va tomando cuerpo. El Comité Olímpico Internacional (COI) esperaba la decisión del Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) sobre la presencia de 68 atletas rusos que habían alegado su exclusión, y el fallo emitido este jueves en Lausana, de forma unánime por los tres árbitros, es inequívoco.

El TAS rechazó el recurso y no habrá atletas rusos, salvo contadas excepciones, en la próxima cita olímpica. El COI se tomará unos días para reflexionar sobre el veredicto y, antes del próximo miércoles, decidirá si hace extensiva esa sanción a todas las especialidades, como respuesta al escandaloso historial del deporte ruso, resultado de una política sistemática de dopaje, avalada por el Estado y que implicaba al Ministerio de Deportes y a los propios servicios secretos rusos, según el informe McLaren encargado por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) y hecho público el pasado lunes.

La decisión del TAS abre la vía a una posible exclusión de todo el deporte ruso de los Juegos, a pesar de que el país se apresuró el miércoles  a anunciar su numeroso equipo olímpico, formado por 387 deportistas.

Sería una medida sin precedentes, réplica a una situación también sin precedentes, ya que el informe del abogado canadiense Richard McLaren, de 300 páginas, habla de «un alto nivel de complicidad entre los deportistas, los entrenadores, los médicos, los oficiales y las agencias deportivas para proporcionar de manera sistemática a los atletas rusos productos dopantes para alcanzar los principales objetivos del Estado: producir campeones».

FALSIFICACIÓN DE MUESTRAS

El dopaje sistemático de Estado, denunciado en el periodo 2011-2015 y encaminado sobre todo a recuperar la hegemonía olímpica en los Juegos de invierno de Sochi 2014, incluía la falsificación de resultados de análisis y el cambio de contenidos en las muestras de orina por otra de deportistas limpios.

El TAS confirmó la validez del argumento de la Federación Internacional de Atletismo (IAAF) de que los atletas de las federaciones sancionadas (la IAAF suspendió a la federación rusa en noviembre del 2015) no pueden participar en competiciones internacionales «a menos que satisfagan unos criterios específicos». Por esa vía se pueden colar, pese a la sanción, algunos atletas rusos, como es el caso de la saltadora de longitud Daria Klishina, que se entrena desde hace años en Florida y ha pasado controles antidopaje «creíbles», y de la mediofondista Yulia Stepanova, que estuvo en el origen de las revelaciones de las prácticas irregulares de Rusia al aparecer en un documental de la cadena alemana ARD en diciembre del 2014.

DECISIÓN POLÍTICA

Más difícil será que entren en esta reducida lista de atletas -que participarían bajo el epígrafe de un equipo neutro, con la bandera y el himno olímpico- campeones que han seguido amparados por el sistema ruso como la pertiguista Yelena Isinbayeva, el vallista Sergei Shubenkov y los saltadores de altura Ivan Ujov y Maria Kuchina.

«Gracias a todos por enterrar el atletismo», bramó ayer Isinbayeva, denunciando una decisión, a su juicio, «puramente política». «Y sin fundamento jurídico», añadió el ministro de Deportes, Vitali Mutkó. «No podemos más que lamentar profundamente esta decisión que afecta a atletas que no tienen nada que ver con el dopaje», remacharon fuentes del Kremlin.

En el otro lado, el presidente de la IAAF, Sebastian Coe, se felicitó de que la decisión posibilite una «competición en pie de igualdad» y apreció el apoyo «a nuestros reglamentos», pero añadió: «No es un día para declaraciones triunfales. No he venido a este deporte para impedir que los atletas compitan, el deseo de nuestra federación es incluir, no excluir».

El caso del atletismo no es único. Otros dos deportes han excluido a países enteros para los Juegos de Río. Se trata de la halterofilia, con Bulgaria, y del piragüismo, con Rumanía y Bielorrusia. Esa decisión se basa en una normativa que la mayoría de federaciones internacionales tiene incorporada según la cual, de sobrepasar un número determinado de positivos en un año, el equipo puede ser apartado de la competición. El límite es de nueve casos en halterofilia, y de ocho en remo, por ejemplo. La federación internacional de piragüismo permitirá a los deportistas limpios defender sus opciones en Río a título individual.

LA OPINIÓN DE BOLT

El seis veces campeón olímpico en atletismo, el jamaicano Usain Bolt, reaccionó con cautela a la sanción a Rusia desde Londres, donde este viernes participará en la reunión de la Liga de Diamante y se enfrentará en los 200 metros a la revelación española, Bruno Hortelano. «Si haces trampa, vas a ser perseguido; este es el mensaje», aseguró Bolt, sin querer referirse directamente al caso ruso. «Estoy triste, pero las reglas son las reglas. Si se tienen las pruebas de que alguien ha tomado algo, hay que sancionar o llevar a término las acciones justas. El mensaje que se ha dado ha sido bueno», añadió Bolt, que podría perder precisamente uno de las seis títulos olímpicos que tiene, el de los 4x100 metros de Pekín 2008, por el positivo de uno de los relevistas, Nesta Carter. «Será un poco decepcionante, pero para esto están las reglas. Yo paso controles constantemente, esta misma mañana [por el jueves] he pasado uno, pero confío plenamente en mi equipo».

Por su parte, el pertiguista francés Renaud Lavillenie, también en Londres, aseguró: «Es una decisión muy dura, es verdad, pero quizá es la mejor solución para asestar un gran golpe al dopaje».