MOTOCICLISMO

Rossi: «Tal vez habrá menos besos con Marc»

'Vale' y Márquez bromean sobre su choque en Argentina, pero se muestran mucho más tensos en Jerez

Márquez (izquierda) y Rossi (derechas), separados por Dovizioso, este jueves en Jerez.

Márquez (izquierda) y Rossi (derechas), separados por Dovizioso, este jueves en Jerez. / periodico

EMILIO PÉREZ DE ROZAAS / JEREZ

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El Mundial de motociclismo llega a Jerez, la catedral de las motos, el trazado que cita, a partir de este viernes, a 250.000 motards, con tres enormes noticias, a cual más atractiva, a cual más incierta y provocadora. Una, Valentino Rossi (Yamaha) va a pelear, a sangre, por su décimo título a los 36 años, siendo líder tras ganar dos (Catar Argentina) de las tres carreras que se han disputado. Dos, Ducati ha construido una moto que da miedo y vive en el podio persiguiendo su primera victoria en manos de los Andreas, Dovizioso y IannoneAndreas. Y tres, el campeonísimo de MotoGP, el revolucionario Marc Márquez (Honda), que ha podido ganar, y bien, las tres carreras (en Catar falló en la primera curva, venció con una mano en Austin y se cayó en Argentina cuando peleaba por la victoria con 'Vale'), va quinto, a 30 puntos del 'Doctor'.

Una amistad tocada

El pegamento que mantiene en pie estas tres fabulosas noticias es solo uno: Rossi provocó la caída de Márquez cuando el nen de Cervera la discutía la victoria en Termas de Río Hondo. Nadie lo reconoce (ni dirección de carrera, que insiste en que fue un «lance de carrera»), pero Márquez y los suyos saben que fue así, que 'Vale' cambió su trayectoria para beneficiarse de la fogosidad («mal entendida», según el italiano) del bicampeón más joven de la historia de la categoría 'reina'.

¿Qué significa eso? Que el Mundial gira ya, totalmente, alrededor de ese duelo, que podría aplazarse hasta Le Mans (Francia), dentro de 15 días, si el meñique izquierdo recién operado de Márquez no está en condiciones de devolverle, ya en 'la Catedral', la jugarreta a Rossi. ¿En la última curva? «Bueno, sí, en esa curva se han producido grandes batallas, así que podría ser, sí, sí», ironizó este jueves Rossi, que reconoció que, dado el ambiente, «es posible que a partir de ahora hayan menos besos míos hacia Marc». Y la frase, como no, provocó la mayor de las carcajadas de la audiencia. «No, no, seguimos siendo amigos con Marc. Creo, sí, creo».

Márquez se la guarda

Y Márquez dice «sí, sí», pero se la guarda. Una cosa es aprender viendo los videos y otra llevarse el mayor de los quemazos en el culo por la maniobra del 'Doctor', que cambio intencionadamente de trayectoria para que Marc tropezase con su rueda trasera. «Yo no pienso cambiar mi estilo, ni mi estrategia, ni conformarme con ser segundo si puedo ser primero, pero aprender, he aprendido», reconoce Márquez, que espera que su meñique no sea una tortura «en las frenadas y en el momento de agarrar el manillar de la Honda en las curvas de izquierda, los acelerones y las apuradas al entrar en las curvas».

«Los dos sabemos qué es ser amigos y los dos sabemos que, en la pista, no hay amigos», reconoce Márquez. «Yo nunca fui amigo de Biaggi -insiste Rossi-, pero sí lo fui de 'Sete' [Gibernau], pero me falló en Catar y decidí dejar de serlo; ahora nos volvemos a hablar. Es difícil ser amigo de alguien con quien te peleas, en el buen sentido de la palabra, por la victoria, como ocurre con Marc, pero tenemos una buena relación, que espero que no cambie. Veremos».