Ronaldo, quinta agresión sin sanción

El delantero del Madrid dio una patada sin balón a Molinero, pero el colegiado ni se enteró de la jugada

CARLOS F. MARCOTE / MADRID

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Mientras los comités disciplinarios de la Federación Española de Fútbol (RFEF) no cambien su hábito de no rearbitrar las acciones punibles que han pasado desapercibidas para los colegiados de turno, Cristiano Ronaldo podrá seguir presumiendo de agresiones impunes a jugadores rivales además de goles. Una semana después de haber pateado a Nacho Cases cuando el partido contra el Sporting de Gijón Nacho CasesSporting de Gijónya estaba decidido por goleada, el jugador portugués volvió a caer en la tentación de una nueva agresión a un contrario y volvió a irse de rositas. Golpeó sin balón por detrás al lateral derecho del Betis, Molinero, después de que este se interpusiera en su camino para cortarle la progresión hacia el área en un contraataque blanco en el minuto 56, cuando todavía el Betis marchaba por delante en el marcador. La quinta acción violenta del goleador blanco en lo que va de temporada sin que haya caído sobre él el peso de la justicia deportiva.

En esta ocasión, Ronaldo no tuvo la cara de pasar por la zona mixta del Benito Villamarín para justificarse con la peregrina razón que esgrimió para explicar su patada a Cases el día del Sporting en las mismas narices de Undiano Mallenco, que miró para otro lado y le perdonó la tarjeta roja directa, por lo que pudo jugar esta última jornada.

Ya le había ocurrido después de golpear también por detrás a David Simón en el choque contra Las Palmas, de dar un puñetazo a Krychowiak ante el Sevilla y de propinar un codazo a Dani Alves en el clásico del pasado 21 de noviembre. Volverá a estar presente el domingo que viene contra el Espanyol, encuentro en el que, si se le da la mitad de bien que en el choque de Cornellà-El Prat, acabará mucho más contento que el domingo, aunque debió de acabar mucho más contrariado todavía. 

AIRES DE MATÓN

"No fue a propósito, fue algo instintivo y el árbitro lo vio así. Si le doy queriendo, no se levanta. Pudo ser amarilla", declaró hace ocho días con aires de matón el jugador portugués, que anteanoche no se dignó a atender a los periodistas a la salida del estadio bético, consciente de que su nueva e impune metedura de pata sería el tema central de las preguntas. Se fotografió con un par de aficionados con cara de circunstancias, firmó autografos a algún otro y se subió al autobús, donde no tardó en correr la cortina cuando se percató de que era grabado por varias cámaras.

La verdad es que había pasado una mala noche antes, durante y después del partido contra el Betis, aunque tampoco se privó de caer en la trampa y responder a su vez con provocaciones a los insultos y ataques diversos de los aficionados locales desde el mismo calentantmiento previo al partido. Lo primero fue dedicar unos besitos a los que se metieron con él después de que se dedicara a lucir sus habilidades realizando dos disparos de rabona casi consecutivos. "Tonto, más que tonto" y "qué malo eres" le gritaron con insistencia y su reacción fue hacer con las manos un gesto indicativo de que esparasen a ver qué pasaba durante un partido en las que se las prometía felices y en el que tanto él como Zinedine Zidane y el resto de sus compañeros esperaban un resultado muy distinto al que se dio finalmente Zinedine Zidane.

FRUSTRACIÓN

Ya metidos en faena, el "uuuuhhhhhh" de rigor y de nuevo los gritos citados acompañaron cada una de sus intervenciones, nada felices para empezar, y ya había tenido algún encontronazo con Molinero cuando falló ante Adán las primera gran oportunidad blanca después de ser habilitado por Benzema. Más tarde, en el minuto 16, el lateral derecho bético le agarró claramente en el área para impedir que llegara a un posible remate. Más "uuuhhhhh" y "levanta, que estás todo el día en el suelo" para calentar un poco más los ánimos del portugués, que ya no levantó cabeza en una velada que acabó para él con toda la frustración del mundo después de haber malogrado cerca el final la oportunidad de dar el triunfo al Madrid, situación a la que no tenía que haber llegado porque en el minuto 56, con ventaja verdiblanca en el marcador, el colegiado valenciano Martínez Munuera le debía de haber expulsado en caso de haber visto la agresión a Molinero, que lamentó tras el encuentro que Ronaldo hubiera acabado el partido gracias a la poca atención del árbitro y sus ayudantes.

"Tuvo el gesto feo de soltar la pierna y si lo ve el árbitro es agresión... Yo también doy patadas, no soy un santo, pero con balón de por medio. Cuando es sin balón sobra. Es algo que ya viene también de la semana pasada y lo tiene que ver el árbitro", declaró en Canal + el zaguero bético, más que satisfecho por haber podido parar al Madrid y en su caso particular a la estrella blanca: "Nos defendimos como pudimos. Sacar un punto a estos equipos es muy bueno". El Barcelona y el Atlético se lo agradecen.