'La Roja' se da un festín

No había posibilidad humana de que Liechten-stein sorprendiera a España, que tramitó en Logroño su pasaporte para la fase final de la Eurocopa de Polonia y Ucrania. Lo hizo con una goleada redonda a la selección 119 del mundo, resignada de antemano a sufrir un severo correctivo pese a haber exhibido notables progresos en los dos partidos previos de la fase de clasificación ante Lituania, con la que logró empatar en Kaunas hace cinco días después de haberla vencido en casa. Seis goles y sexto triunfo español en seis partidos disputados para rubricar otra brillante trayectoria y hacer olvidar los desvaríos en algún que otro incómodo amistoso.

Con Fernando Torres en la grada y los aficionados riojanos reclamando a voces la presencia de su paisano Llorente, Negredo puso en órbita a la Roja, que comenzaba a griparse ante las sorprendentes dificultades que encontraba para superar las trincheras cavadas por el equipo centroeuropeo en Las Gaunas.

EFERVESCENCIA INICIAL / Se apagaba la efervescencia inicial de la campeona del mundo, que había encadenado una ocasión cada dos minutos en los primeros diez del partido, cuando apareció el delantero del Sevilla para abrir la cuenta y acallar de paso a los entusiastas seguidores locales (m. 33). Marcó con un contundente zurdazo tras un pase monumental de Xavi, que por fin lograba entrar en el partido para interpretar lo que España necesitaba para abrir el melón, mezclar el juego, alternar en corto y en largo para desnudar a un rival condenado a desmoronarse a las primeras de cambio.

Cuatro minutos después, más de lo mismo para que repitiese Negredo. En esta ocasión fue Iniesta, titular después de su exhibición en el segundo tiempo ante Chile, quien profundizó hacia Villa, que dejó de tacón para que el delantero sevillista pusiera el segundo en el marcador con un suave y esquinado remate (m. 37). El asunto lo liquidó antes del descanso Xavi, quien decidió celebrar que superaba a Raúl en internacionalidades con un excelso lanzamiento de falta (m. 44). Ya no salió en el segundo tiempo. Ya no era necesaria su presencia.

THIAGO A ESCENA / El cuarto fue cosa de Sergio Ramos, que remató como el que no quiere la cosa para mandar a la red el balón enviado por Iniesta desde la izquierda (m. 51). Fue entonces cuando Del Bosque creyó oportuno dar la alternativa oficial a Thiago, que se incorporó al partido para tomar el mando en el centro del campo. El público le recibió con cariño, pero nada comparable al recibimiento que le esperaba a Llorente, que entró por Negredo unos minutos después.

Para entonces Villa ya había anotado. El delantero azulgrana no podía quedarse sin mojar en una velada así y no perdonó ante Jehle después de una gran internada de Mata por la derecha (m. 59). Poco después pudo poner boca abajo Las Gaunas con una jugada espectacular que finalmente abortó el portero. Pero todavía tuvo tiempo de destacarse algo más al frente de los máximos realizadores de la selección (49) con un oportuno remate tras el saque de una falta a cargo de Xabi Alonso (m. 78). La fiesta era de las grandes en el césped y en la grada, que sólo echó de menos que el atacante del Athletic pusiera el broche en su casa con un golito. Ocasiones tuvo de sobra porque todos jugaron para él, para que se diera el gustazo de devolver a su gente el cariño que no dejó de demostrarle. Pero no estuvo fino en los metros finales.