LA RESACA DE LA COPA AMÉRICA

"De rey Leonel a doctor No"

Portada del diario deportivo argentino 'Olé'.

Portada del diario deportivo argentino 'Olé'. / periodico

ABEL GILBERT / BUENOS AIRES

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La selección argentina llegó a Buenos Aires en la desolada madrugada del domingo y blindada por un muro de silencio. Si solamente Lavezzi hubiera apuntado contra la portería después de la acción de Messi que lo dejó solo frente a Bravo; si Higuaín no se equivoca otra vez, en la definición, tras recibir de ese Lavezzi, muchos argentinos habrían cambiado la necesidad de encontrar un chivo expiatorio por la fiesta. Pero claro, en el país inflacionario, las palabras se devalúan más rápido que el dinero. «Esta película ya la vimos. La sonrisa de la Bachelet que nos trae la imagen de la Merkel en Maracaná, la caravana de anti-Messi que salen abiertamente a plantear el Apocalipsis… hoy sos el Rey Leonel y mañana el Satánico doctor No», escribió Juan José Panno en el diario Página 12.

Todo se escribía en condicional. La patada en el estómago de Medel contra La Pulga, que habría merecido la expulsión, o el penal que el juez colombiano Wilmar Roldán no cobró, decisiones que, quizás, habrían cambiado la historia, no formaban ayer parte del repertorio de los indignados.

Horacio Pagani, comentarista del diario Clarín y la televisión, fue una de las voces del coro. «Messi volvió a quedar en el centro de la escena. Una vez más su ciclotimia volvió a dejarlo expuesto. Después de alguna actuación brillante (se habla de la selección y no del Barcelona, claro) sigue un desempeño como el de ayer. Sin el liderazgo que todos le proyectan y al que él responde algunas veces con maestría y otras con ausencias inexplicables». Tata Martino también quedó en la picota: pasó de ser un entrenador lírico a un pusilánime.

Gonzalo Bonadeo, uno de los mejores columnistas deportivos de este país, no pudo contener su ira por esa súbita tendencia que subía como la espuma y estalló en Twitter: «Cuánto indigno mediocre: una cosa es que dé bronca perder y otra es creer que tenemos el volumen intelectual, el conocimiento y el culo limpio para hacerlos bosta (a los ídolos)». Tras el partido, el heroico Mascherano amagó con dejar la selección. «Es una tortura. Se perdió y hay que tragar saliva. No encuentro explicación», dijo. Ya intuía quizá la sentencia de los jueces fatuos. Debería saber que, entre otras cosas, irían por Messi. «Aunque no ganaste Leo, sabes que eres D10S», escribió Piqué. Pero otros no toleran aquí que sea demasiado humano.

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