José Mourinho: ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?

Todo son preguntas sin respuesta en el Madrid, que va a acabar el año a 16 puntos del Barça y a 7 del Atlético cuando aún no se ha consumido la primera vuelta del campeonato. Una situación inexplicable después de ganar la Liga de los récords y abrir la temporada con el triunfo en la Supercopa sobre el equipo azulgrana. La escalada de tensión que se vive en el club consumió un episodio siniestro en La Rosaleda, dondeMourinhodecidió forzar al máximo el pulso con el sector contestatario de la plantilla al dejar en el banquillo al gran capitán, IkerCasillas.

Lo hizo dos días después de queFlorentino Pérez dijera que quien provoca tensiones no saca nada en claro. Por primera vez desde queMourinhollegó al Madrid, el presidente no le arropó en público. En sus momentos más bajos, el entrenador comprobó cómo su jefe no hacía una defensa a ultranza de su labor ni hablaba de sus excelencias como técnico, "el mejor del mundo", como le ha calificado cada vez que considerado conveniente darle su respaldo, que ha sido siempre hasta el jueves en la comida de Navidad con la prensa.

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