El Madrid encuentra otro filón en Borja Mayoral (1-3)

El Madrid redujo a un grado mínimo los grandes riesgos que implicaba su visita a Anoeta debido a sus importantes y numerosas bajas. Mucho tuvo que ver en ello Borja Mayoral, novedad sorprendente en la formación inicial blanca, que anotó el primer gol y fabricó el segundo, obra de Kevin en propia puerta. El alicaído Bale también se acabó subiendo al carro para sentenciar en un contraataque en el segundo tiempo.

No habla por hablar Zinedine Zidane cuando dice que todos y cada uno de los jugadores de su plantilla son necesarios y van a tener que colaborar de manera más o menos decisiva para que el equipo madridista pueda superar o al menos repetir lo que firmó la temporada pasada. Antes de que las sanciones y las lesiones apuntaran a que, efectivamente, el club blanco se había quedado corto por no buscar un relevo de ciertas garantías para Morata y Mariano, prácticamente nadie podía imaginar que Mayoral estaría en la cuarta jornada en Anoeta como punta de lanza en el ataque blanco para frenar en seco a la Real, que había comenzado lanzada la temporada.

Flor y destino

Casi todo el mundo había apostado a que Asensio actuaría como falso 'nueve', al modo de la selección española contra Italia en el Bernabéu, con Bale y Lucas en las bandas, pero Zidane volvió a jugársela y la maniobra le salió de cine. Será cuestión de flor o de cualquier otro factor que tenga que ver con el destino, pero este Mayoral que tan verde decían que estaba para liderar el ataque madridista sabe el terreno que tiene que pisar para cumplir la trascendente misión que su entrenador le encomienda.

Intentaba acomodarse Sergio Ramos, de espaldas a la portería, para intentar una chilena a pase de Casemiro cuando surgió de cara el canterano blanco para aprovechar el segundo toque al balón de su capitán y rematar con un tibiazo al que Rulli no pudo responder (m. 19). Un gol con el que el Madrid apuntalaba su dominio inicial del choque, asentado en la calidad y la movilidad Modric, Isco y Asensio en el centro del campo, así como en la profundidad de Carvajal y Theo por las bandas, mientras que Bale pasaba realmente desapercibido en un campo donde siempre había brillado  --cinco goles en cuatro partidos-- y en el que se dejó ver para sentenciar y ampliar su marca en el estadio realista.

Respuesta local

Intentó gestionar el Madrid su ventaja con temple y toque, pero no pudo controlar la primera llegada seria de la Real, protagonizada por sus dos laterales. El derecho, Odriozola, sirvió un centro pasado que  acudió a cazar el izquierdo, Kevin, con una volea ante la que Navas pudo hacer mucho más (m. 29). En otra jugada calcada minutos después el propio Kevin lanzó al larguero y del rebote salió la contra que acabó en el segunto tanto madridista. Y de nuevo con participación determinante de Mayoral, quien, eso sí, hizo falta previa a Llorente. Enfiló hacia el área, rompió a Elustondo al entrar en ella y por allí apareció Kevin para colar el balón en su portería al intentar cortar el pase hacia Isco(m. 36).

Las desgracias del lateral zurdo de la Real no acabaron ahí. Después de que Rulli evitara el segundo de Mayoral, Bale, habilitado por Isco, le sacó los colores en una carrera de 70 metros que acabó con un suave toque del galés para superar al portero realista (m. 61). Una losa para la Real y una inyección de moral para el británico para enfrentarse de nuevo el miércoles a sus numerosos detractores del Bernabéu. Marcó un cuarto gol el Madrid, obra de Asensio, pero fue anulado por un bloqueo ilegal previo de Bale a Elustondo. Y Carvajal y Varane evitaron un final mucho más tenso al impedir que William José y Zurutuza pudieran acortar la diferencia.