Juanito, el mito que perdió la cabeza

El delantero del Real Madrid hizo historia y se convirtió en un símbolo sempiterno para la afición

Juanito, durante un encuentro con el Real Madrid

Juanito, durante un encuentro con el Real Madrid / PERIÓDICO

EL PERIÓDICO / MADRID

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

No era el mejor. Ni el más rápido. Tampoco el más habilidoso. Pero se convirtió en un mito para el Santiago Bernabéu fruto de su lucha e intensidad. Ahí sí era el mejor. Juan Gómez Gónzalez 'Juanito' (Fuengirola, 1954-1992) se ganó el sempiterno agradecimiento de la parroquia del Real Madrid, la misma que nunca dejó de cantarle cada vez que salía al campo. "Illa, illa, illa, Juanito maravilla", se convirtió en un ritual que todavía hoy en el templo blanco sigue haciendo acto de presencia para recordar a uno de los futbolistas que más lucharon por la camiseta madridista.

{"zeta-legacy-destacado":{"strong":"Inici\u00f3 su carrera en el Atl\u00e9tico pero una lesi\u00f3n acab\u00f3 propiciando que llegara al Real Madrid","text":null}}

Pero su etapa en el Madrid no fue el inicio. Más bien, lo hizo en el eterno rival en la capital. Juanito realizó sus primeros pasos en las categorías inferiores del Atlético, pero una grave lesión provocó que tuviese que salir cedido al Burgos. Fue el paso previo a su sueño. Cuatro temporadas en el conjunto burgalés le sirvieron para llamar la atención del Real Madrid. En 1977 aterrizó para quedarse, convertido en el legendario '7' que destacó por sus goles y su aguerrido juego. En los 401 partidos que disputó, marcó 121 tantos y ganó cinco Ligas, dos copas de la UEFA, dos Copas del Rey y una Copa de la Liga. Sus saltos de alegría sobre el campo en la remontada ante el Borussia Mönchengladbach permanecen imborrables en el imaginario del aficionado madridista. 

"90 MINUTI EN EL BERNABÉU SON MOLTO LONGO"

Pero lejos del césped también fue protagonista. Tras caer en Milán ante el Inter por 2-0, Juanito realizó una de las sentencias más conocidas que se recuerdan. En una advertencia hacia sus

{"zeta-legacy-phrase":{"name":"Roberto G\u00f3mez","position":"HIJO DE JUANITO","text":"Dejado tranquilo a mi padre. Cada vez que le mencionan para remontar palmamos\""}}

rivales italianos, el delantero apeló a la magia del templo madridista para conseguir la remontada. "90 minuti en el Bernabéu son molto longo", atestiguó. Dicha frase, y la magia vivida en otras remontadas con él en el campo luchando hasta el final, propició que tras su muerte los seguidores del Real Madrid recurrieran al 'Espíritu Juanito' en cada intento de superar una eliminatoria adversa.

Antes era un hecho aislado. Ahora, más bien, una rutina anual. Por ello, este miércoles, su hijo se encargó de desmontarlo consciente de que su efecto cada vez es inferior. "Dejad tranquilo a mi padre, cada vez que le mencionan para remontar palmamos", publicó Roberto en Twitter.

EL GRAN ERROR

Tan pasional como impulsivo, el exceso de testosterona le jugó una mala jugada. En un encuentro de semifinales de Copa de Europa ante el Bayern de Múnich en 1987, su pisotón en la cabeza de Lothar Matthäus, mientras el alemán estaba tendido en el césped, le persiguió el resto de su vida. Dicha acción le supuso la repulsa internacional, una jugada que jamás logró olvidar. "En mi carrera he tenido dos yo. Hoy he cometido una torpeza. Estoy arrepentido, siento haber hecho eso. He metido la pata, he cometido una torpeza. Me maldigo, maldigo ese comportamiento tan irracional que había tratado de educar", aseguró tras lo ocurrido. No importaba. Esas imágenes le acompañarían hasta el final.

Una vez retirado como futbolista, llegó la tragedia. Tras asistir al encuentro entre el Real Madrid y el Torino, pocos podían imaginar que su figura se marcharía para siempre. De camino a hacia Mérida, donde era el entrenador y se dirigía a una sesión, un trágico accidente le costó la vida. Con tan solo 37 años, el choque contra un camión fue letal. Más de 20 años después, su humanidad, bondad y esfuerzo siguen siendo motivo de orgullo para una afición que siempre le reclama en las grandes noches.