HÍPICA

Ganar como el Cid

Un caballo vence contra pronóstico en la mejor carrera de España cinco horas después de morir su entrenador

Roberto López (izquierda), acompañado de un jinete

Roberto López (izquierda), acompañado de un jinete / periodico

JOSÉ I. CASTELLÓ / Barcelona

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Si el mundo de lascarreras hípicas en España fuese tan popular como el fútbol, mañana mismo un director de cine escribiría el guión cinematográfico de la tarde del domingo pasado en elHipódromo de La Zarzuela. Allá, en el día más importante de la temporada, la épica de este deporte escribió una de las páginas más emotivas de los últimos tiempos:Achtung, un caballo sin posibilidad alguna en elGran Premio de Madrid, sorprendió a sus rivales y logró el triunfo cinco horas después de que su entrenador,Roberto López, falleciera de leucemia en una clínica de la ciudad.

Noticia triste

La noticia de la muerte deRoberto, de 40 años, había teñido de tristeza la jornada más importante del calendario de carreras hípicas nacionales: la tarde del Gran Premio de Madrid, laprueba mejor dotada del año, con 50.000 euros para el ganador, y que corona al líder indiscutible de los purasangres españoles. "Esté donde esté, espero que esta tardeRoberto le pueda dar alas aAchtung para que pelee con el mismo tesón con el que él ha peleado por su salud", afirmaba el jineteMarcos Carmenaunos minutos antes de la carrera.

Y vaya si le dio alas para pelearla. En una increíble actuación que quedará en el recuerdo de los aficionados, el caballo,  montado porMarino Gomesy empujado por el griterío de los espectadores, afrontó la recta final en última posición y comenzó a adelantar rivales hasta acabar cruzando el poste de llegada con medio cuerpo de ventaja. Logró unsorprendente triunfo para homenajear a su preparador mientras los aficionados no dejaban de frotarse los ojos ante semejante proeza.

Cariño de la afición

Achtung era el favorito de los corazones de los aficionados, pero no de los bolsillos. Su cotización era 42 a 1, el segundo caballo menos jugado entre los 12 participantes. Poco importó. La emoción que desató su triunfo en las gradas demostró lo mucho que la gente quería aRoberto, un hombre muy respetado en los hipódromos españoles por su generosidad, profesionalidad y entrega. "Deja una huella imborrable. Estuvo hasta el último día trabajando para esta carrera con la misma ilusión de siempre", decíaFederico Riopérez, propietario del caballo ganador, antes de recoger el trofeo.

Riopérez fue uno de los asistentes a la cena de gala de la carrera en la que, por un falso Twitter, empezaron a comentar que su entrenador había muerto. Un error imperdonable, difundido en algunos medios de comunicación, fruto de la angustia que padecía todo el sector por el desenlace de una enfermedad que podía acabar con el sueño de toda su vida: ver ganar un día el Gran Premio de Madrid a uno de sus caballos.

El domingo, a las tres de la tarde, se comunicó su muerte. Pero su sueño todavía no había finalizado porque el destino le había preparado una sorpresa:Achtung conseguía, cinco horas después, un triunfo heroico e inolvidable. Como inolvidable fue la emotiva narración de los metros finales del locutor de TVEJavier Hernández y las lágrimas deGomes al llegar a meta. "Esta victoria se la debo a él", dijo el jinete. No era para menos.