Preguntas incómodas

Pocas veces dos preguntas habían causado tanto revuelo en el mundo del tenis, pero una minientrevista de 30 segundos el lunes en el Abierto de Estados Unidos tuvo algo único que explica la revolución y el debate que ha provocado en los vestuarios y entre observadores. Sucedió a mitad de partido. En un grande. Y probablemente sea el futuro, el próximo maná en la búsqueda de espectadores en la era de imperio de las redes sociales en que parece que todo puede o debe ser compartido, pero muchos tenistas se resisten a aceptarlo.

«¿Con qué has estado más contenta en el primer set? ¿Qué tienes que hacer para sellar la victoria?». Lo de menos fueron las respuestas y la propia Vanderweghe contó luego riendo, tras ganar el partido, que «ni siquiera recordaba qué había dicho». Como explicaba el martes uno de los ejecutivos de ESPN, Jamie Reynolds, «el objetivo era introducir el concepto». Alcanzado.

«Interesante» es una palabra que desde el lunes ha salido de la boca de jugadores como Serena Williams, Novak Djokovic o Roger Federer al hablar de la nueva propuesta pero ninguno de los tres -ni Rafael Nadal, ni David Ferrer o Feliciano López, entre otros-, está por la labor de ser entrevistado a mitad de partido en un Grand Slam.

"Fantástico"

«Entiendo la idea, el concepto de ir un paso más allá, de ser más accesible pero ¿qué es demasiado? ¿Qué es suficiente?», se ha preguntado Federer. Williams, aún admitiendo que «es fantástico para algunos espectadores entrar en la mente de los deportistas», también alerta de que la iniciativa pone en riesgo un factor esencial de la «integridad» del tenis. «Estás solo en esa pista. No hay un periodista, no hay un entrenador. Eres tú en ese momento, y es el único deporte que tiene eso».

A los jugadores también les ha molestado que ESPN haya planteado directamente a jugadores individuales la opción de ser entrevistados (Stan Wawrinka ha revelado que a él se la dieron en Cincinnati y la rechazó). «Lo normal cuando hay una mejora o algo nuevo como esto es que los jugadores nos reunamos y decidamos si lo aceptamos o no, es como normalmente trabajamos», ha explicado Nadal, dispuesto a someterse, aunque no entusiasmado, a la decisión de la mayoría.

Como la NBA

Lo que todos parecen asumir es que el cambio llegará, igual que llegaron otros, como las entrevistas justo antes de entrar a la pista que también inicialmente se hicieron raras para muchos jugadores y ahora son un ritual habitual. «Intentan lograr una interacción mediática como la de otros deportes, como el baloncesto», ha analizado Djokovic. El número 1 pone en duda que pueda funcionar igual en el tenis, un deporte que exige otro tipo de concentración, pero la única que de momento puede hablar con conocimiento de causa defiende las entrevistas (que de momento no son obligatorias y se pueden rechazar hasta el último segundo) es Vandeweghe, «Cuando me plantearon la idea mi primer pensamiento fue si perdería la concentración pero hay muchas distracciones durante un partido y si no eres capaz de aparcarlas necesitas trabajar esa parte de tu juego».

Entre los que han mostrado su entusiasmo se cuenta Chris Evert, que ahora cobra como comentarista de ESPN y el martes proclamó: «¡Me encanta!». Entre los críticos, periodistas como Bill Dwyre, que en el Los Angeles Times ha escrito: «El dinero siempre gana. Siempre. Es así de simple. El juego ya no es lo que importa, es la presentación del juego. El márketing y las marcas son lo primero».

Ocurrió durante un enfrentamiento en primera ronda. La estadounidense Coco Vandeweghe acababa de ganar el primer set a su compatriota y favorita, Sloane Stephens, y antes de que empezara el segundo set se sentó junto a ella Pam Shriver y, micrófono en mano y ante las cámaras de la ESPN retransmitiendo en vivo, preguntó: