Maratonianos con dorsal por el metro de Barcelona durante la prueba

Uno de los pasajeros figura en la lista de 'finishers' y confirma que cogió el transporte público con el lícito propósito de ayudar a un amigo

Los corredores en el metro, camino de acompañar a un atleta en la parte final del maratón

Los corredores en el metro, camino de acompañar a un atleta en la parte final del maratón / periodico

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Al menos tres participantes del Marató de Barcelona fueron vistos por un colaborador de EL PERIÓDICO en la línea 1 del metro de la capital catalana, a los pocos minutos de darse la salida a la prueba. Estos atletas inscritos, que viajaban en transporte público con el correspondiente dorsal en el pecho, se subieron a un vagón a los 8.38 de la mañana cuando todavía algunos participantes se encontraban en el cajón de salida.

El colaborador de este diario anotó el número de dorsal de uno de los viajeros del metro y comprobó que figuraba en la lista de 'finishers' del maratón con un tiempo por debajo de las cuatro horas. Los organizadores de la prueba barcelonesa, al igual que los responsables de otros maratones, colocan los puntos de paso obligatorio en lugares estratégicos a fin de evitar que los recortadores o incluso tramposos (lo que no pretendían en ningún caso estos atletas) presuman de haber realizado la prueba, muchas veces con un tiempo que no está al alcance de sus posibilidades o sin efectuar todo el recorrido.

Por esta razón los 'runners' llevan chips y cada 5 kilómetros pasan por una alfombra que anota los tiempos. El atleta de la fotografía terminó la prueba y figura como 'finisher' oficioso pero sus tiempos desaparecerán cuando se compruebe que no realizó el maratón entero. El sorprendente ganador fue el keniano Jonah Kipkemoi Chesum, pese a que salió de 'liebre'.  

La anécdota ha servido para recordar el caso de Rosie Ruiz quien fue descalificada en 1980 de la victoria en el maratón de Boston tras comprobarse que había efectuado la mayor parte del recorrido en metro. Su fraude alertó a los organizadores de los principales maratones y obligó a colocar controles intermedios de paso.

AYUDA A UN COMPAÑERO

Pero los tres atletas que aparecen en la foto, según ha explicado uno de ellos en un correo electrónico remitido a este diario, no pretendían, ni mucho menos, cometer una irregularidad. Como han hecho decenas de corredores que se apuntan a la prueba para recorrer solo un tramo o hacer de 'liebres' de amigos o compañeros de club, solo buscaban incorporarse en medio del maratón, en el kilómetro 21, en La Meridiana, para auxiliar y dar ánimos sobre la marcha, a su ritmo, a un compañero de su club de atletismo.

"Mi nombre es Jordi y lo que ocurrió fue que los tres cogimos el metro para realizar los últimos 21 kilómetros con un compañero de club y poder servirle de 'liebre' en los momentos más duros del maratón. En ningún momento nuestra intención fue vernos como 'finisher' o conseguir la medalla. Cuando se comprueben los tiempos oficiales se verá que nos incorporamos en el kilómetro 21". 

Sin embargo, la presencia de atletas con dorsal en el metro durante la disputa de la prueba sorprendió a los pasajeros ajenos a las tácticas de carrera y desconocedores de que muchos participantes solo hacen parte de la prueba sin ánimo de defraudar, como ha sido este caso, más acorde con los deportistas que animan, apoyan y se solidarizan con el compañero.