LA JORNADA DE LIGA

Un penalti salvador evita el tropiezo de un Madrid negado (1-2)

El equipo blanco se impone a última hora en Córdoba después de la expulsión de Cristiano

Cristiano Ronaldo golpea a Crespo después de haber agredido a Edimar.

Cristiano Ronaldo golpea a Crespo después de haber agredido a Edimar. / periodico

CARLOS F. MARCOTE

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Un penalti absurdo de Cartabia a dos minutos del final ha evitado que el Madrid se la pegue este sábado en el Nuevo Arcángel. Un favor impagable que Bale ha aprovechado para dar el triunfo al equipo blanco y poner de paso una cataplasma muy oportuna para arreglar el roto que acababa de hacer Cristiano Ronaldo ganándose una merecidísima expulsión por agredir a un contrario. Ha respirado un Madrid irreconocible a última hora tras una actuación mediocre y ha quedado hundido en la miseria el Córdoba, que ha hecho todo para llevarse el triunfo y lo ha regalado cuando mejor lo tenía para dejar confundido del todo al líder.

No recordaba Carlo Ancelotti desde cuándo no tenía una semana entera para preparar un partido y aseguraba que sin duda sería un factor positivo para la recuperación física y el crecimiento del equipo blanco cara a la fase decisiva de la temporada. Tras el choque en el Nuevo Arcángel, es más que probable que echara de menos lo de jugar dos partidos a la semana para que sus jugadores lleguen finos y concentrados a cada uno de los compromisos.

Algo parecido pensará también Ramos, que a la primera demostró que para él el encuentro no había comenzado con el pitido inicial del árbitro. Sacó ambos brazos en un tiro lejano de Ghilas, el balón le pegó en el izquierdo y el árbitro señaló la pena máxima. El propio delantero argelino puso por delante al cuadro andaluz nada más empezar (m. 2).

AGRESIVIDAD

Tenía todo el tiempo por delante el Madrid para levantarse y ponerse al nivel que se le supone, pero ocurrió que nadie tomó la iniciativa para superar el contratiempo ni ninguno tuvo la claridad para neutralizar la presión y la agresividad del Córdoba, que no dejó de amenazar por medio de Bebé y el propio Ghilas con hacer un roto aún más grande a un rival desconcertado e incapaz de dar dos pases seguidos para llegar al área andaluza con alguna posibilidad.

Así fue hasta que Benzema se encontró con un balón suelto en el área tras un toque de cabeza de Bale en un córner y lo empotró en la red (m. 27). Fue el primer remate blanco entre los palos y no hubo otro hasta el tramo final, mientras que los atacantes cordobeses siguieron sacando los colores a la defensa madridista, en la que Marcelo no veía a Bebé y Ramos no acababa de centrarse.

Se contagió Varane y con una cesión suicida permitió que Florin superase por arriba a Casillas para estrellar la pelota en el larguero. La expulsión por patear a Edimar de Ronaldo, que ya la había merecido minutos antes por un puñetazo a Rossi, dejó a los blancos tocados, pero se encontraron con un claro penalti por mano de Cartabia en la barrera al servir Bale una falta. El galés no perdonó y los puntos fueron para un líder muy desmejorado.