El partido del Camp Nou

El pacto de la grada se firmó en la sede de Rosell

La Conselleria d'Interior felicita al club por enterrar el acuerdo, tras 2 expedientes

Imagen de una grada en un Espanyol-Barça disputado en Montjuïc.

Imagen de una grada en un Espanyol-Barça disputado en Montjuïc.

ANTONIO BAQUERO
BARCELONA

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El pacto para la creación de la grada de animación, proyecto que ha quedado definitivamente enterrado esta semana, se firmó el 16 de mayo del 2010 en la sede electoral de Sandro Rosell. El presidente rubricó el acuerdo con 10 grupos organizados de jóvenes, entre los que estaban los Boixos Nois, algo que hasta ahora habían negado el presidente y su directiva. Las numerosas reuniones y negociaciones posteriores llevadas a cabo a tres bandas entre la junta, las peñas y los Mossos d'Esquadra desde entonces no han fructificado. La Conselleria de Interior felicitó ayer al Barça por haber abortado aquella iniciativa.

El incidente de una bengala encendida y lanzada contra la afición del Madrid en el Camp Nou ha sido la espoleta para que la grada de animación haya quedado desechada. Pero también ha servido para que se esclareciera en parte el origen de un proyecto polémico por la participación de los Boixos Nois. Rosell lo negó públicamente incluso cuando Agustí Benedito, días después, en plena campaña electoral, le avisó de que un radical participaba en las reuniones. Era, presuntamente, Josep Lluís Sureda, uno de los más antiguos dirigentes del grupo. Y uno de los firmantes del documento con Rosell y demás representantes de las otras nueve peñas vinculadas.

CONTRA LA VIOLENCIA / El pacto escrito, documento que hizo público Catalunya Ràdio, establece todas las condiciones del futuro planteamiento de esa grada, desde su organización hasta su financiación, partiendo de la premisa de rechazo total de la violencia. Participantes en estas reuniones mostraron ayer su extrañeza por que el Barça no hubiera reconocido antes la existencia y el contenido de ese precontrato precisamente porque se subraya la voluntad pacífica del proyecto. Muchas de las reuniones se celebraron en la sede de la empresa de Carles Vidal o en el despacho de su abogado, Lluís Sabaté. Vidal era un cualificado portavoz de los aficionados, pero los Mossos vetaban su participación. Había otros nombres más, muchos con antecedentes de disturbios e incidentes en estadios de fútbol.

PREEMINENCIA DE LOS BOIXOS / El documento preveía la autofinanciación del grupo aglutinador, Fanàtics, a través de la gestión de un bar y la venta de merchandising propio en la tienda del club. El discurrir de la negociación derivó en una preeminencia de los Boixos Nois. Según informó ayer la cadena SER, tenían el triple de representantes con respecto a los demás grupos y estaban en disposición de ocupar puestos claves en la organización del colectivo. Esa era la razón de la invariable oposición de los Mossos, de la que era perfectamente conocedor el Barça. La policía expresó el pasado mes de octubre sus «objecciones» por la presencia de grupos que «han mantenido y mantienen actitudes violentas» al tiempo que desaconsejaba al Barça que siguiera adelante con el proyecto.

El club, sin embargo, hizo caso omiso. A espaldas de los Mossos, desde enero vendía entradas a 10 euros a los colectivos de la grada sin controlar al destinatario final. Los compradores pagaban un sobreprecio que servía para la financiación del colectivo. El escándalo ha obligado al Barça a claudicar y los Mossos han felicitado al club, que ahora reforzará las medidas de seguridad.