MUNDIAL DE MOTOCICLISMO

Nuevo susto de Márquez en Malasia

El campeón de Cervera no participa en los ensayos de Sepang tras caerse por culpa de los comisarios de pista

Marc Márquez, en el circuito de Sepang, este jueves.

Marc Márquez, en el circuito de Sepang, este jueves. / periodico

EMILIO PÉREZ DE ROZAS / Sepang (Malasia. Enviado especial)

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El chaval no gana para sustos. Horas después de anunciar que se quedaría un año más en Moto2, que descartaba saltar el año que viene a MotoGP, que cumplirá lo pactado con sus fábricas y patrocinadores, ganase o no el título de la categoría intermadia, se convirtiese o no en el sucesor en el trono del manresano Toni Elías, elleridano Marc Márquez (Suter)ha rodado por los suelos, sin más, casi sin darse cuenta.

Era el primer minuto de entrenamiento de esta mañana en Catalunya (madrugada en Malasia), en la primera sesión libre de Moto2 delGran Premio de Malasia y, segundos antes de que concluyesen los ensayos de la categoríareina, un aguacero, diluvio típico de este país, ha mojado, "inundado", ha asegurado el piloto catalán Ricky Cardús, un trozo de 100 o 200 metros de la pista malaya, entre la curva 10 y 11.

Ni los comisarios ni el coche de carrera que da la vuelta previa a autorizar el inicio de los entrenamientos se ha percatado, al parecer, de ese detalle y Dirección de Carrera no ha avisado, así como tampoco los comisarios de cada uno de los puestos del largo trazado malayo. "No mostraron bandera alguna, ¡increíble!, pues nos pudimos hacer mucho daño", lamentaba el simpatiquísimo piloto colombiano Yonny Hernández, del equipo catalán BQR.

Agua estancada de la pista

Y el primero en aparecer por allí ha sido el francés Jules Cluzel (Suter), que ha rodado por los suelos nada más contactar sus neumáticos lisos, de seco, de velocidad pura, con el agua estancada en la pista. Y detrás, veloz, como siempre, Márquez, que durante unos segundos se ha quedado tumbado, extendido, quieto, inmóvil sobre la inmensa escapatoria de esas curvas.

Pronto ha pasado el susto y ha empezado a moverse y, sí, al final ha abandonado el lugar por su propio pie mientras junto a él se han caído también el británico Bradley Smith, uno de los buenos de esta categoría, que ha sufrido heridas, daños, contusiones, dicen que alguna fractura, que le impedirán, al parecer, competir este fin de semana.

Emilio Alzamora, mánager de Márquez, y Santi Hernández, su técnico, han corrido hacia el lugar, han llegado a la clínica del trazado de Sepang y han visto que el de Cervera estaba intacto. O eso parecía. Se dolía, sí, y mucho, también, del pie y del hombro izquierdo. Y han empezado a pensar en lo peor.

Se habían salvado del desastre del viernes, sí, también el viernes, de Phillip Island (Australia), cuando un precipitado Márquez embistió al tailandé Ratthapark Wilairo, qie no ha podido venir a Malasia. Pero, ahora, el primer día de Sepang podía ser peor y se podía, sí, perder el tren del título que tanto tiempo y sacrificio ha costado recuperar frente al regular, poderoso y eficaz alemán Stefan Bradl (Kalex).

Pruebas en la clínica

Márquez ha regresado al box pero de inmediato ha sido trasladado a la clínica de nuevo para hacerse pruebas y radiografiar su pie y hombro izquierdo. Al final, las placas han demostrado que no tiene nada roto. Todo muy golpeado, sí, como su barbilla, que añade un nuevo corte a los dos que tiene ya en su magullada y abierta ceja y pómulo izquierdo. Una hora después, Alzamora ha comprobado que, pese a no tener lesión seria alguna, Márquez, que ha recibido un fuerte impacto con el asfalto en su cabeza al caerse, estaba ligeramente mareado o, como poco, no estaba en condiciones de participar en los segundos entrenamientos del día y entre ambos han decidido que se vaya a descansar al hotel Pan Pacific, pegadito al circuito, y que mañana será otro día.

De viernes a viernes. Un día se equivoca él (Phillip Island) y otro, los comisarios y Dirección de Carrera de Sepang (Malasia). La organización del GP de Malasia ha sido sancionada con 15.000 euros por no haber dectectado el inmenso charco de agua y, por lo tanto, por no haber anunciado a los pilotos ese peligro.