El nuevo mundo de Calderón

Calderón salta a la pista del Madison al lado de Justin Bieber, que ocupa una de las sillas de primera fila.

Calderón salta a la pista del Madison al lado de Justin Bieber, que ocupa una de las sillas de primera fila. / periodico

RUT VILAR / NUEVA YORK

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Por los pasillos de la zona de vestuarios del Madison Square Garden cuelgan fotos de los gloriosos Knicks: los del campeonato de 1970, que lograron el primer anillo para la franquicia, y los del 73, campeones de la NBA por segunda y última vez. También hay imágenes de Pat Ewing. Y de las grandes citas vividas en la mítica pista de Nueva York, como el combate del siglo entre Ali y Frazier (1971). «Jugar en una franquicia como esta es otro mundo», reconoce José Manuel Calderón, nuevo base del conjunto azul y naranja.

Jugar en los Knicks significa que Justin Bieber, Nasir Jonez o Swizz Beatz asistan a un entrenamiento abierto al público. O que Spike Lee dirija un documental de cerca de una hora tratando de explicar las bases del triángulo ofensivo, el sistema con el que Phil Jackson, ahora presidente de los Knicks, triunfó en los Lakers y los Bulls -con los que sumó 11 anillos-, y que ha adoptado el también nuevo técnico de los Knicks Derek Fisher, base en Los Angeles con Jackson de entrenador, con la idea de que Calderón, un base con buenos porcentajes, que pierde pocos balones, tenga un papel clave.

Una llamada emocionante

«Estoy muy contento de estar aquí», asegura Calderón, que apenas conoce el Madison porque el equipo se entrena cada día en el complejo deportivo de Terrytown, a 45 minutos en coche desde Manhattan. «De hecho, muchos vivimos allí», añade el base extremeño, aunque alguno de sus compañeros sí tiene casa en Manhattan.

A Calderón lo llamó Phil Jackson en persona para explicarle que los Knicks iban a cerrar su traspaso con Dallas. «Sabía que me iba a llamar, pero vaya, descolgar el teléfono y que sea Phil Jackson, impresiona. Él es un tipo muy importante aquí. Ha ganado once anillos como entrenador y dos como jugador con los Knicks, que son los únicos que tiene la franquicia», dice el base de 33 años.

Con un exentrenador de presidente y un jugador recién retirado en el banquillo, el respeto de parcelas parece determinante en el devenir de los nuevos Knicks. «Es verdad que jugamos con el sistema con que jugaba Phil Jackson, pero es lógico porque él es el que manda y ha elegido a Derek como entrenador, que, además, jugó con él mucho tiempo», señala Calderón. «Es el sistema de Phil, pero también es el sistema con el que Derek quiere jugar. En el día a día del equipo Phil Jackson tiene poco que ver», remarca.

Complicidad con Anthony

Cumplidas las diez temporadas en la NBA (ocho en Toronto, un visto y no visto en Detroit y el último año en Dallas), Calderón entiende que su llegada a los Knicks, procedente de los Mavericks, no es un paso atrás en su carrera a nivel deportivo.

«Para mí todo son pasos hacia adelante. Lo que pasa es que desde afuera se tiene una percepción de la NBA que no se ajusta al día a día. Venir a una franquicia como los Knicks es dar un paso hacia delante, ser titular con jugadores como Carmelo Anthony, en un equipo que dirige Phil Jackson, es un paso adelante», dice para añadir: «Ha habido muchos cambios, tenemos nuevo técnico, nuevo presidente, pero creo que vamos a hacer una buena temporada. Vamos por el camino adecuado».

La complicidad entre Calderón y la estrella, Carmelo Anthony -a quien la afición exige el MVP tras renovar por cinco temporadas y 120 millones de dólares-, es evidente dentro y fuera de la pista. A menudo se les ve bromear. Como durante la presentación del equipo en que Anthony animó al extremeño a dirigirse al público del Madison en español. O como en las sesiones de atención a los aficionados -en que participa todo el equipo, con su mejor cara y no se ve a nadie con auriculares o manejando el móvil- donde suelen situarse codo con codo.

«Para un base, Carmelo es el tipo de jugador que quieres tener en tu equipo. Es uno de los mejores de la Liga», resume Calderón.

Base de nuevo

El protagonismo del base español en este inicio de curso, ganándose un puesto en el quinteto titular de Fisher, del que le ha apartado una inesperada lesión, impidiéndole debutar ante los Bulls, ha sorprendido a algunos analistas, cosa que parece molestar al jugador. «Llevo muchos años como titular en la NBA y jugando muchos minutos. A mí no me sorprende», subraya. Tampoco a los responsables de marketing de la franquicia, que en el póster gigante que han colgado en la puerta del Madison destacan a Calderón junto a JR SmithStoudemire Anthony.

En los Knicks, Calderón recupera la posición de base. «En Dallas, por el sistema de juego, al jugar sin nadie con tanto tiempo el balón en las manos, mi rol era distinto. Pero yo soy base, el que debe de jugar y hacer jugar a los compañeros», aclara.

En esta misma línea, el jugador no está dispuesto a entrar en ninguna polémica sobre su papel en el último Mundial, en que España cayó ante Francia en cuartos. «No hay que darle más vueltas. Francia jugó mejor ese día. Orenga puso los roles y es lo que hay. No me gustan los 'y sí...'. No sabemos cómo habría ido si yo hubiese jugado más», zanja.

Durante la Copa del Mundo, Calderón y Pau Gasol llegaron a imaginarse jugando juntos en el Madison, «porque Pau estuvo a punto de fichar por los Knicks, pero el tema económico lo hizo imposible. Con las reglas que rigen la NBA, hacerlo un hueco en la plantilla era imposible», explica el base extremeño.

Renqueante por un problema muscular en la pantorrilla, Calderón realiza horas extra para poder aguantar la carga de partidos habitual en la NBA. Con tres hijos pequeños y viviendo lejos de Manhattan apenas ha tenido ocasión de disfrutar de los muchos encantos de la ciudad. «Todo necesita su tiempo», señala. Así será cuando en la tienda de los Knicks del Madison todavía no puede comprarse su nueva camiseta con el número 3.