El nueve se siente feliz

Luis Suárez se siente cerca de la plenitud como futbolista. No le dio vergüenza ayer compartir el estado de felicidad que vive en el Barça. La vida le sonríe después de los malos momentos sufridos, que también los vivió. Fueron poco después de  aterrizar en el Camp Nou, con la condena simbólica de medio mundo y la de la FIFA con una suspensión de cuatro meses por su mordisco a Chiellini. Ayer solo disfrutaba de una sensación. «Siempre soñé con jugar la Champions y jugarla con el Barcelona», proclamó el nueve.

Juega la Champions y juega con el Barça. Pero su satisfacción se completa con que es titular, marca goles (lleva 6 en 6 partidos europeos), se siente útil al equipo, nota la confianza de sus compañeros porque le dan el balón y la de Luis Enrique porque le da la titularidad partido tras partido. No menos importante es la excelente relación que tiene con Neymar y Messi, quienes le acogieron sin muestras de divismo -«es un privilegio compartir vestuario con ellos», confesó- y la plena integración de su familia, ya encarrilada porque los padres de su mujer vivían en Castelldefels.

«Ni me creo el mejor del mundo cuando marco goles ni me creo la peor persona cuando cometo algún error», dijo ayer, aludiendo a los sentimientos opuestos que ha experimentado en menos de un año. No se deja empapar por la lluvia de halagos «porque también perjudican, te crecen mucho», replica, del mismo modo que tampoco da por absorbida la clasificación con el 1-3 de la ida. Es igual de refractario a la lisonja y al exceso de confianza. «Lo más peligroso es pensar que todo está resuelto. Y no hay nada dicho, porque el rival tiene jugadores de mucha calidad».

Marcar en cada remate

El rival y sus jugadores de calidad piensan que hoy saltarán al Camp Nou en busca de algo parecido a un milagro. Que necesitan una conjunción astral para apuntarse un 0-3, 1-4 o ventajas similares para eliminar al Barça. Que las incorporaciones de Verratti e Ibrahimovic, con ser importantes, no son decisivas. «Necesitamos marcar cada vez que lleguemos a portería», resumió Javier Pastore.

A la exigencia de rayar la máxima eficacia se suma otra condición indispensable: que el Barça no dé ni una a derechas. Con Messi en sus filas, el silogismo se complica. Pastore desea una noche aciaga de su compatriota y que no marque. Pero que tampoco lo hagan Neymar y Suárez es mucho pedir. Los delanteros del Barça han marcado en todos los partidos del Camp Nou excepto en tres: en las derrotas ante Celta y Málaga (0-1, resultado que clasificaría al Barça)  y en el 8-1 al Huesca porque no jugó ninguno.

«Lo único positivo es que no tenemos nada que perder», añadió Pastore. Suárez no echará a perder todo lo que ganaron en París. Por mucho cansancio que se acumule. «Prefiero tener muchos partidos en esta instancia que ninguno», subrayó el uruguayo, que a lo lejos empieza a ver títulos.