Neymar y las "chuminadas"

"Solo estoy por el fútbol", dice Luis Enrique sobre el enfado del brasileño al ser sustituido

Neymar mirar de soslayo a Luis Enrique con gesto de desagrado tras ser sustituido en el Sánchez Pizjuán.

Neymar mirar de soslayo a Luis Enrique con gesto de desagrado tras ser sustituido en el Sánchez Pizjuán. / periodico

MARCOS LÓPEZ / SEVILLA

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Las risas de los azulgranas en la primera parte se tornaron en rostros de mucho cabreo al término del partido. Aunque hubo alguien que no tuvo que esperar a que el árbitro pitara el final para marcharse con un mosqueo morrocotudo. Fue Neymar, a quien Luis Enrique decidió sacar del campo por Xavi el brasileño se fue gesticulando y con cara de pocos amigos. Luego, ya en el banco, se sacó las botas de mala gana porque no entendió que el damnificado ante la falta de control del juego del Barça fuera él.

Una decisión polémica de Luis Enrique que, además, no logró el resultado deseado, como admitió el entrenador. «Buscaba tener el control del partido, estábamos sufriendo y he metido a Xavi, pero el partido ha seguido siendo un poco loco», reconoció Luis Enrique, que por primera vez en lo que va de año sacó un delantero por un centrocampista. «Sí, es la primera vez que lo hago».

SENTIRSE SEÑALADO

Pues si fue la primera vez, Neymar debió de darle muchas vueltas en el banquillo al por qué le tocó recibir a él, justo cuando venía de no jugar ni un minuto ante el Almería en el Camp Nou, después de marcar un golazo de falta directa (0-2) y de doblar el número de tantos que marcó la temporada pasada (9 en 26 encuentros), mientras que en Sevilla sumó el 18º tanto con la misma cifra de encuentros, de los que solo 13 ha jugado por completo y en nueve ha sido sustituido. Por eso se cabreó Neymar, porque se sintió de nuevo señalado por el entrenador y agraviado seguramente porque tampoco Suárez, muy torpe en el remate, hizo méritos para acabar sobre el terreno de juego.

Gesticuló con vehemencia Neymar en el banquillo y, claro, a Luis Enrique le buscaron las cosquillas en la rueda de prensa. «No me fijo en chuminadas de este tipo, estoy por el fútbol y por lo que hacen mis jugadores. Solo me interesa el equipo», sentenció molesto el técnico azulgrana, que consideró clave «los tres minutos de descontrol» del primer tiempo, cuando el Sevilla logró acortar distancias. «Eso le permitió entrar de nuevo en el partido».

PENSANDO EN PARÍS

Efectivamente, entró el Sevilla en el duelo y ya no salió. Perdido lo vio en la primera parte y hasta ganado lo tuvo después del empate con el Barça preguntándose qué estaba sucediendo. «Hemos pasado de poder hacer el 1-3 a sufrir. El gol les ha dado mucho aire, pero hemos de sacar cosas positivas», manifestó Iniesta buscando el lado positivo. «Hemos sumado un punto en un campo muy difícil y seguimos líderes. Es verdad que se ha acortado la distancia con el Madrid, pero quedan muchas jornadas», recordó el centrocampista, quizá pensando que también el equipo blanco tiene que pasar por el Sánchez Pizjuán. «Ahora queda pensar en París y tratar de hacer un buen partido», agregó tratando de cambiar el chip de la Liga por el de la Champions.

También Rakitic es marchó con sensaciones contrapuestas. Primero por lo sucedido en el campo: «Nos vamos dolidos y enfadados con nosotros mismos. Hemos hecho un trabajo impresionante en la primera parte, pero hemos de mejorar cosas y tenemos que hablarlo», dijo el centrocampista croata, que señaló a la delantera como principal causa del tropiezo: «Nos faltó el último toque para matar el partido, pero no es fácil jugar aquí. Es un estadio muy complicado». Complicado mientras rueda el balón y entregado y emotivo cuando paró de rodar. De ahí los sentimientos encontrados de Rakitic, que se ganó una ovación impresionante de su antigua afición acabó solo con los pantalones después de regalar la camiseta, las medias y hasta las botas.

De hecho, tanto Rakitic, como Alves, otro exsevillista, y Alba se quedaron anoche en Sevilla tras recibir la autorización del entrenador, que hoy ha dado fiesta a toda la plantilla, que no volverá a los entrenamientos hasta el lunes, con la mente puesta ya en la ida de los cuartos de final ante el PSG.

TUIT OPTIMISTA DE PIQUÉ

Pocas ganas había de hablar entre el resto de azulgranas porque todos tenían cosas qué maldecir. Como el error de Bravo en el despeje de puños del gol andaluz, las pifias de Suárez, que tuvo varias y ninguna fue entre los tres palos, o el fallo de Piqué en el pase que propició el empate. «'Ho sento per avui, però estic seguir que la guanyarem'», tuiteó el central buscando levantar el ánimo. Hacía falta.