Nadal se estrella en su tierra

El ocho veces campeón del torneo cae inesperadamente en octavos ante Fognini

Despedida de Nadal

Despedida de Nadal / periodico

JAUME PUJOL-GALCERAN / BARCELONA

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Rafael Nadal apenas dejó pasar 10 minutos para aparecer en la sala de prensa con la gorra calada y el semblante serio. Acababa de estrellarse en su tierra preferida, en Barcelona, en su club, en su territorio, en ese escenario en el que lleva ganados ocho títulos. Fabio Fognini le había echado en los octavos de final por 6-4 y 7-6 (8-6). Todas las esperanzas de encontrar el camino de su recuperación quedaron rotas a manos del tenista italiano, número 30 mundial, el mismo que le eliminó hace un par de meses en las semifinales de Río de Janeiro. Por segundo año consecutivo Nadal se despidió antes de lo esperado. "He jugado mal y esta derrota es un duro golpe para mí", reconocía por una derrota que vuelve a colocarle en esa montaña rusa de resultados.

"Mi juego es vulgar"

"Cuando mi derecha es vulgar, mi juego es vulgar. Cuando no penetro con la derecha a mis rivales, mi juego es vulgar", se fustigó, consciente de no haber controlado nunca el partido. Desde que cedió el primer set con su saque, Nadal perdió la posición en la pista y acabó perdido en la maraña que le montó Fognini. El italiano, consciente de que había que "arriesgar", se plantó en el centro de la pista y empezó a disparar a las lineas, a romper el ritmo de Nadal con su buena mano, con dejadas y lobs, y a defenderse cuando el mallorquín le presionaba en un segundo set en el que dejó escapar ventajas de 3-1, 4-2 y 5-4 con servicio en su poder para igualar el marcador. "Tener tantas roturas (logró tres) y llegar al 5-5 es un desastre", reconoció Nadal. No solo eso. Cometió hasta 30 errores no forzados en el partido, y en el 'tie break', después de igualar un 6-3 en contra, acabó perdiendo el partido con una derecha larga, de las que nunca falla, de esas que se quejaba, que salió un palmo fuera del límite de la pista.

"Ha sido un día negativo, no me queda más remedio que aceptarlo o morir", se recriminó, aunque no quiso hablar de la ansiedad, que semanas atrás en Miami le llevó a confesar que le hacía jugar nervioso.

Ni ansiedad, ni raqueta

"Hablemos de tenis. La ansiedad no es el problema, el problema es técnico", dijo cortante. Tampoco quiso hablar del cambio de raqueta. "De la raqueta no hablo más, no hay tema. La raqueta ni gana ni pierde. Si uno no hace, le hacen", sentenció. "No sé qué pasará en el futuro. Voy a seguir trabajando para darme más oportunidades. Espero coger la línea regular de juego y acabar con esa situación de altibajos que tarde o temprano verá su fin", valoró el manacorense.

Nadal llegó a Barcelona feliz de las sensaciones que había tenido en Montecarlo, donde cayó en semifinales ante Djokovic. Confiaba poder dar continuidad a sus progresos. "Sentía que estaba mejor", dijo. Pero se llevó un duro golpe. Una nueva derrota, la tercera en Barcelona desde que debutó en el 2003, cuando también perdió en segunda ronda, con Corretja, con apenas 16 años.

"Ganar al mejor jugador de la historia en tierra y en su casa vale doble. Para vencerle he necesitado mucha fuerza mental", decía Fognini, entrenado por Josep Perlas y jugador también del RCT Barcelona. El italiano, un tenista capaz de lo mejor y lo peor, que había caído a la primera en las cinco anteriores ocasiones que había jugado el torneo, dio el gran golpe y hoy se enfrentará a Pablo Andújar, que eliminó a Feliciano López (6-3, 6-4).

Fognini provocó un terremoto que deja la competición en manos de tenistas más 'humanos'. El primero, el japonés Kei Nishikori, defensor del título, que se deshizo del rival que tuvo en la final del año pasado, el colombiano Santiago Giraldo (6-2, 6-1). Este viernes abrirá la jornada (12.30 horas) ante Roberto Bautista, que ganó al uruguayo Cuevas (7-6, 6-2). También buscará su oportunidad David Ferrer, cuatro veces finalista, que ganó al joven sueco Ymer (6-3, 6-4) y se enfrentará al alemán Kohlschreiber. Otro campeón aún en juego, Tommy Robredo (2004), pasó tras vencer a Marcel Granollers (6-2, 6-2). Las apuestas están ahora más abiertas.