F-1. GP DE ITALIA

El Mundial se instala en Monza sin saber si volverá el 2016

MIGUEL MARTÍNEZ
MONZA / ENVIADO ESPECIAL

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Es el templo de la velocidad, donde este fin de semana los monoplazas de F-1 alcanzarán los 367 km/h, pero el GP de Italia  a comienzos de septiembre es el lugar tradicional de más anuncios de fichajes y renovaciones. Force India anunció la renovación de Niko Hulkenberg —y prácticamente la de su compañero Checo Pérez en la próxima cita de Singapur— y Williams, la de Felipe Messa y Valtteri Bottas.

Esta vez, la que más se espera es la renovación del  contrato del propio trazado de Monza para seguir en el calendario. Es uno de los grandes premios míticos, de más solera, que ha acogido casi ininterrumpidamente la F-1 desde el inicio del campeonato en el año 1950. El Gobierno de la región de Lombardía prepara un plan de financiación, pero a día de hoy no existe todavía el acuerdo con Bernie Ecclestone para organizar la carrera del 2016.

LÍOS CON PIRELLI / En el paddock de Monza se habla de su continuidad, de la necesidad de mantener circuitos míticos como el propio Autódromo, Spa, Silverstone o Mónaco para no desnaturalizar un Mundial que cada año estrena nuevas sedes en países emergentes y, sobre todo, se habla de neumáticos, de los reventones a más de 300 km/h de Nico Rosberg y Sebastian Vettel en Spa.

El tetracampeón alemán, líder de la firma de Maranello, fue el más duro entonces con Pirelli, y calificó la situación de «inaceptable». Ayer, en casa de Ferrari, en casa de Pirelli, en Italia, suavizó el tono: «No se me interpretó bien. Pirelli está trabajando, buscando las causas junto con el equipo y creo que es el camino a seguir».