LOS PLANES DEL PRESIDENTE DE LA FIFA SE ROMPEN

«Es monstruoso»

Blatter se queja de que se le ha «condenado de antemano y sin que existan pruebas contra mí» e insistiendo en que tampoco tiene previsto dimitir de su cargo

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EL PERIÓDICO / BARCELONA

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Antes incluso de que la BBC anunciara al mundo que las horas de Joseph Blatter en la FIFA estaban contadas, él no tenía dudas. Veía, en realidad, una conspiración, manteniendo con firmeza su inocencia en medio de la tormenta sin fin que sacude desde hace meses al fútbol mundial. «He sido condenado de antemano», aseguró el dirigente suizo en una entrevista con la revista alemana femenina Bunte.

Condenado, en su opinión, sin que existan pruebas de que está involucrado en ese gravísimo caso de corrupción que se lo puede llevar por delante. A él y, de paso, también a Michel Platini. «La situación no es satisfactoria. Se me ha condenado de antemano sin que existan pruebas contra mí de algún tipo de proceder incorrecto», sostuvo Blatter, convencido de que no había cometido irregularidad alguna en los últimos años. «Es monstruoso», afirmó después desconociendo aún las medidas que estudiaba la comisión ética de la FIFA, desoyendo además las presiones de los principales patrocinadores del fútbol que pedían su inmediata marcha.

Pero él no tenía prisa. No la ha tenido en ningún momento de estos convulsos meses. No se ha dado siquiera por aludido, seguro de que podría seguir en su cargo hasta el 26 de febrero cuando un congreso extraordinario de la FIFA tomará la decisión sobre su sucesor.

HUIR DE LAS PRESIONES

Pero Blatter se mantieje ajeno a las presiones comerciales. Y a la investigación judicial. Y a la presión mediática ante una FIFA que se desmorona desde hace meses. «Dejaré definitivamente el cargo el 26 de febrero», recalcó el dirigente suizo, advirtiendo además que nada condicionará sus planes. «Pero ni un día antes». Eso era lo que pensaba el presidente de la FIFA. Pero su futuro ya no depende de lo que él piense. O lo que él diga.