Belmonte: "Hablar de la medalla de Mireia es fácil, es más complicado hacerla"

Conforme se desgrana la cuenta atrás hacia los Juegos Olímpicos de Río, una gran parte de las miradas convergen en Mireia Belmonte. Serán los terceros Juegos para la doble subcampeona olímpica de Londres-2012 (plata en los 200 mariposa y en el 800 libre) convertida ya en uno de los referentes de la delegación española. Una de las apuestas más firmes. A sus 25 años, la nadadora badalonesa vive un momento de plenitud, que alimenta la ambición con la que acudirá a Brasil para afrontar las cinco pruebas individuales en las que competirá, a las que posiblemente sumará el relevo 4x200, una maratón que iniciará el día 6 de agosto. Sonrisa permanente por muy duro que sea el entrenamiento, Belmonte acude dispuesta a todo pero también manteniendo los pies en el suelo, decidida a aislarse de la presión que la rodea. 

-¿Con qué estado de ánimo afronta estos últimos días previos al inicio de los Juegos? Estoy con mucha ilusión y ganas. Aún quedan detalles por pulir y, de hecho, aún estamos trabajando a un ritmo intenso antes de viajar. Pero todo el trabajo importante está hecho.

-¿Se ve preparada para el desafío de Río? Voy tranquila. El campeonato de España en Canarias que acabamos de afrontar era importante para saber dónde estaba. Siempre te surgen dudas cuando entrenas mucho pero apenas compites porque hay días que te encuentras bien y días en que no. Y la competición en Las Palmas estuvo bien para situarme en contexto y me supuso una inyección de moral, que me ha animado mucho. Tampoco nadamos en las mejores condiciones, porque estamos haciendo mucho volumen de trabajo al día, gimnasio y acabábamos de bajar de una concentración en altura. Eso le da más valor a lo que hicimos.

-Al margen de sus cinco triunfos individuales, en Las Palmas estuvo en algunas de sus mejores marcas: a un segundo solo en los 200 mariposa de la cuarta mejor marca mundial del año que logró en marzo (2.07.27) y con sus mejores tiempos del año en el 400 estilos el 800 libre. Me sorprendió mucho el tiempo en el 800, porque normalmente cuando bajo de entrenar en altura, me cuesta adaptarme. Estoy dos o tres días rara. Cuando toqué la pared en 8.24 me sorprendió bastante. Y también en el 400 estilos. Quedarme a un segundo o poco más de mi mejor marca es importante.

-Comprobar que llega en un momento dulce a los Juegos, ¿debe disparar su confianza? La verdad es que me anima muchísimo. Nuestro entrenamiento ahora mismo es muy duro cada día. Y no recoges los frutos enseguida. La paciencia es muy importante y yo soy paciente. Sé que hay días buenos y otros malos, pero que hay que seguir trabajando.

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-En su preparación este año ha incluido además de la carrera vertical, el boxeo y el esquí de fondo. ¿Necesita nuevos desafíos? No es que en el agua te quedes sin retos, porque siempre encuentras uno en cada entreno que afrontas. Pero son desafíos a los que no estoy acostumbrada. Son cosas que no dominas y por eso creo que tiene más mérito encararlos. Los haces una vez cada mucho. A priori parece que no eres capaz y cuando lo consigues, te hacen sentir muy bien.

-Despidió la concentración de Sierra Nevada con una ascensión vertical a la cima del Veleta, a 3.396 metros de altura. ¿Otro reto superado? Así es. Hay 14 kilómetros de distancia, con un importante desnivel y los hice en una hora y 24 minutos, que para mí es bastante rápido. Cada día íbamos subiendo cuestas, pero no es lo mismo que subir desde abajo, desde la Hoya de la Mora. Está muy bien.

-Nadará en cinco pruebas individuales y, posiblemente, también en el relevo. Es junto a su rival, Katinzka Hosszu, la que está inscrita en más pruebas en Río ¿Se marca alguna prioridad? Bueno, alguien tenía que ser la que nadara en más pruebas, y en este caso soy yo. Pero no me marco nada a priori. Voy a por todo. A por lo que salga. ¿Por qué cerrarse puertas? Si tengo las mínimas para nadar, voy a aprovecharlas. Hay gente que solo nada una o dos pruebas en estos Juegos. Así que no puedo más que sentirme  una privilegiada.

-Estos Juegos llegan en un momento ideal en su carrera ¿Dónde sitúa su listón? En las finales. Me gusta ir paso a paso. No quiere decir que me conforme con una final o con una eliminatoria.  Pero la final es un buen primer paso para conseguir algo más grande. Así que de momento vamos a pensar solo en la final. No más allá. Es muy importante tener los pies en el suelo y más en una competición de este nivel. Primero llegar a las finales y luego si me encuentro bien y si se alinean un poco las estrellas, podré buscar mi recompensa.

-¿No se atreve a hablar de medallas para no cargarse de más presión? Ganar una medalla en los Juegos es lo más complicado que hay en en el deporte. Mucho. Sí claro, es muy fácil hablar de la medalla de Mireia. Pero es más complicado hacerla, mucho. Simplemente quiero nadar en Río y estar centrada en lo que hago. No quiero vivir el cuento de la lechera. Prefiero tener todo controlado. Soy un persona a la que le gusta tenerlo bajo control, todo perfecto. ¿Ambiciosa? Soy ambiciosa. Claro que sí. Pero ahora prefiero pensar en la final e ir paso a paso.

-¿Es más fácil asumir el desafío cuando se cuenta con dos medallas olímpicas en el palmarés? Sí, haberlo conseguido ya, tener dos medallas guardadas en casa, te da tranquilidad. Pero siempre quieres más. Van a ser mi terceros Juegos. Es algo que no habría imaginado ni de forma remota cuando participé en los primeros. Competir en unos ya colmaba todos mis sueños. Ahora tengo la suerte de llevar una mochila cargadita de experiencias.

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-¿Qué diferencias hay entre la Mireia de los Juegos de Londres y la que competirá en Río? Física y mentalmente me veo mucho mejor preparada. El trabajo que he hecho mentalmente en estos cuatro años ha sido muy bueno. La edad y la experiencia también ayuda. Todo eso suma. Con el paso de los años aprendes a competir, a calmar los nervios, a motivarte de otra manera. En Londres, por ejemplo, nunca había estado en una final olímpica. Y no sabes cómo vas a reaccionar. Ahora he estado en finales olímpicas y en finales de Mundiales, donde tampoco había ganado medallas en piscina de 50 metros. Creo que todo es aprendizaje, experiencias que vas acumulando y que confío en que saldrán cuando me tire al agua.

-¿Si da su mejor nivel se dará por satisfecha, aunque no suponga una medalla? Nuestro objetivo cada año es mejorar marcas. Es como superarte a ti mismo. Y la medalla viene si estás entre los tres primeros. Pero lo importante es mejorar la marca. Y ese tiempo está en medallas, pues mejor. Pero imagina que hago 2.02 en los 200 mariposa y la medalla está en 1.59, pues yo estaré contenta.

-Tendrá que medirse con dos de las nadadoras que marcarán la atención en estos Juegos, la húngara Hosszu y la estadounidense Ledecky, dos de sus principales rivales ¿Le motiva? Nunca se sabe qué puede pasar y en qué momento de forma pueden llegar. No me puedo ocupar de todo. Solo de lo que hago yo, que es bastante. Además, en las Olimpiadas puedes encontrarte con gente joven, que no sabes quién es, no cuentan para nada y te sorprenden. O, a contrario, gente que esté en el ‘top ten’ y luego no llega a las finales. Lo mejor es centrarte en ti misma y olvidarte de los demás.