LA JORNADA DE LIGA

10 minutos fatales

Luis Enrique reconoce que el Sevilla "penalizó mucho" los errores defensivos del equipo y lamenta además la falta de eficacia

Luis Enrique y Unzué dan órdenes a Mascherano, durante el partido entre el Sevilla y el Barcelona

Luis Enrique y Unzué dan órdenes a Mascherano, durante el partido entre el Sevilla y el Barcelona / periodico

MARCOS LÓPEZ / SEVILLA

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Habló poco Luis Enrique en la sala de prensa tras el partido del Sánchez Pizjuán (2-1). Respuestas cortas y con pocas ganas de argumentar la segunda derrota en la Liga. Tal vez al técnico le pasó lo mismo que al Barça, anodino en la primera parte, despistado al inicio de la segunda e ineficaz en busca de la reacción. "Hemos tenido 10 minutos en los que el Sevilla nos ha penalizado mucho", admitió el entrenador azulgrana, dolido, también, porque su equipo se marchó del campo habiendo marcado un solo gol. Y, además, fue de penalti.

Ni citó a Messi. Tampoco a Neymar. "Tuvimos muchas ocasiones los dos equipos, es casi increíble irnos con un solo gol", confesó Luis Enrique intentando hallar una explicación a un problema que ya no es casual. El Barça remata, pero no acierta. "La diferencia entre los 'cracks' y los demás delanteros es la eficacia. No estamos en nuestros mejores números, ni de lejos", aseguró el técnico, acordándose, aunque no lo nombró, de ese momento en que Piqué observa la pelota en la línea de gol sin atacarla como si le fuera la vida en ello.

Sin control

Además, el Barça no solo está "penalizado", según la palabra de Luis Enrique, por esos 10 minutos fatales. Hay mucho más. "Preferimos un partido de más control", reconoció dolido el técnico. "Nuestro juego pasa por el control, por intentar generarlo, por tenerlo, aunque es cierto que el Sevilla nos presionó muy bien", añadió después, reconociendo que el Barça ha perdido la jerarquía de los encuentros. Va y viene sin gobernar los partidos, a pesar de que el entrenador modificó el sistema. Y los jugadores.

Empezó con Sergi Roberto de lateral derecho, con Busquets de interior izquierdo Mascherano ejerciendo de medio centro. Con el 2-0, Luis Enrique colocó a Alves en la banda, retrasó al 'Jefecito' al eje de la zaga con Piqué y adelantó a Sergi Roberto como interior zurdo. Pero ni así. En los cuatro últimos partidos solo ha marcado seis goles, pocos para un equipo que antes tenía a Messi y el tridente. Y ahora, en cambio, solo tiene a una pareja: Neymar, más crecido que de costumbre, y Suárez. "Esto va a cambiar seguro", aseguró Luis Enrique.

Aunque, en realidad, el Barça sangra por detrás. No es solo una cuestión numérica sino algo mucho más profundo. Si algo tenía el Barça de Luis Enrique en la primera versión era que se distinguía por su equilibrio defensivo.

Apenas recibió 21 goles en toda la Liga. En los 38 partidos. Ahora, sin embargo, el Barça lleva nueve tantos en contra cuando tan solo se han disputado siete jornadas de campeonato. Y hace más de un mes que es incapaz de mantener la portería a cero. Poco importa quién sea el guardameta. Sea Ter Stegen. O Bravo (4 remates, 2 goles). Poco importa porque son ya siete partidos consecutivos en los que el equipo azulgrana recibe, al menos, un gol. Y así, no se va a ningún sitio, como bien sabe Luis Enrique. Y todos los jugadores.