LA MÍTICA PRUEBA QUE ABRE EL AÑO DEPORTIVO

De la masía al Dakar

Nani Roma se asoma a una de las ventanas de la masía que posee en Santa Maria de Merlès

Nani Roma se asoma a una de las ventanas de la masía que posee en Santa Maria de Merlès / periodico

EMILIO PÉREZ DE ROZAS / BARCELONA

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Ganar el Dakar no es poca cosa. Ganarlo más de una vez es ya asunto de titanes. Ganarlo cuatro veces en moto en los últimos nueve años, propio de un supermán. Ganarlo en coche y en moto, un tema aparte, un logro majestuoso. Tanto, que solo hay tres tipos que lo han logrado. Digámoslo de una vez: son los campeones. Los campeones de todo. Los poseedores del título, en coche y en moto.

Nani Roma (Folgueroles, Barcelona, 1972) es uno de esos tres todoterreno que, tras ganar en motos (KTM, 2004), se coronó este año a los mandos de un Mini e igualó la gesta de los franceses Hubert Auriol (1992) y Stéphane Peterhansel (2004). Y a su lado, juntos pero no revueltos, está otro monstruo, otro campeón, Marc Coma (Avià, Barcelona, 1976), vencedor en cuatro ocasiones en moto, también con la marca austriaca KTM (2006, 2007, 2011 y 2014).

Necesidad de que empiece

Ya tienen las maletas hechas. Tienen el cosquilleo que sienten los galgos en sus cuadras, sabedores de que faltan días, horas, minutos para que los saquen a la pista. "Entiendo a Sabina --bromea Roma--. Es verdad, realmente cierto, que la espera antes de la competición se hace interminable. Y también que, con el primer acelerón, se te va todo y empieza lo grande". "Todo --apunta Coma-- menos la responsabilidad, la presión, la obligación de hacerlo bien y, en nuestro caso, de ganar. Porque una cosa es correr el Dakar y otra, muy distinta, ¡maravillosa, sí!, hacerlo como líder de tu marca, como campeón, como piloto de referencia de un equipo".

"Entiendo a Sabina. La espera es horrible.  Eso sí, con el primer acelerón se  te van todos los males", dice Roma

No puedo describirles las casas de Nani y Marc. Son dos espléndidas masías. Las dos tienen pinta de ser casas 'pairal', es decir, familiares, acogedoras, casi de clan. Son tan inmensas y hermosas que no pueden describirse con palabras. La de Roma está en Santa Maria de Merlès. Bueno, por allí. Está en plena montaña, en pleno bosque. Un lugar paradisiaco. La de Coma se alza en Avià, una población repleta de magníficas casas de pizarra, todas, todas, con su 'estelada' en la ventana, puerta o tejado.

Machacarse en el campo

Uno y otro comparten esos preciosos lugares y, sin odiar la ciudad, bajan poco a la civilización. No tienen necesidad de ella. No les falta absolutamente nada, pese a la soledad en la que viven. "Yo solo necesito a los míos y entrenarme duramente, así que este lugar es perfecto", cuenta Roma, cuyos bíceps son casi imposibles de rodear con las manos. "Necesitamos tenerlo todo integrado, a mano. Y eso solo te lo ofrece el campo, este ambiente, esta vida. Aquí no te da pereza machacarte. Lo tienes todo a mano. Aquí te diviertes entrenándote", explica Coma, quien, contrariamente a su amigo, que ya los tiene grandecitos, es padre de un niño de 3 años, Lluís, y me parece que no va a tener más. "Pensé que al nacer Lluís se me oxidaría el puño del gas y, de momento, por suerte, no ha ocurrido", explica.

Nani asegura que, a falta de una semana para que arranque el mítico Dakar en Sudamérica (Argentina, Bolivia y Chile), "ya está todo bendecido". El campeón, líder de Mini, es perfectamente consciente de que el nuevo y rutilante equipo Peugeot (Stéphane Peterhansel y Carlos Sainz) irá a por él. "El campeón es el rival a batir y no me preocupa la presión pues la que tuve que soportar el año pasado fue bestial. Estoy vacunado contra eso", recalca.

"El Dakar es como el Tour. Es la prueba  para la que nos preparamos todo el año. La  que te otorga la nota final del año", afirma Coma

"El Dakar para nosotros es como el Tour para los ciclistas: la carrera, la prueba para la que nos preparamos todo el año", señala Coma, que defenderá su título ante también, también, el nuevo y rutilante equipo Honda, especialmente ante Joan Barreda. "La Vuelta y el Giro son la repera, grandes, lo sé, pero el Tour es el Tour. Y lo es para todo el mundo: pilotos, marcas, equipos, patrocinadores, medios de comunicación, aficionados... No nos engañemos, la nota de final de curso te la da el Dakar, el Tour".

"Lo importante para mí, no solo es que soy el campeón y el jefe de filas de Mini, sino que, al desaparecer Peterhansel, todos los tests han recaído en mí, lo que hace que el coche sea esta vez más Roma que nunca", señala Nani, que insiste en que "lo importante es que te sientes en tu coche y te sientas como en casa". "En realidad, nosotros no hemos cambiado casi nada", añade. En ese sentido, Roma está convencido de que Peugeot puede pagar la novatada de haber construido un coche totalmente nuevo, al límite del reglamento.

Ambos comparten la tesis de Márquez,  si quieres ganar, debes divertirte y sentir pasión

Idéntica sensación de seguridad y fiabilidad en su KTM tiene Coma, que sigue pensando que tiene moto para competir con la nueva Honda. "Dimos un salto muy importante el año pasado con la llegada de nuevos fabricantes. Me involucré en el diseño de la moto y es muy mía. Podrías pedir más potencia, pero con los motores 450cc todo tiene un límite. Lo que te hace ganar el Dakar es la fiabilidad. La moto no se puede parar. No puedes tener una avería", subraya.

Nani y Marc, que admiran a Marc Márquez, comparten la misma filosofía del campeón de Cervera. "Si quieres ganar, te tienes que divertir, has de sentir pasión por lo que haces", comenta el campeón de KTM. "Si estuviese 100 días del año cortando árboles, sufriría, pero como me apasiona correr, no hay problema, soy feliz", añade el hombre de Mini.

Gana la experiencia

Pasión, disfrute, dura preparación física, entrenamiento ("en este deporte, solo puedes entrenarte compitiendo"), mecánica fiable y, sobre todo, experiencia. "Gana el piloto, sus manos y su experiencia", apunta Coma. "Te planificas la carrera, intuyes cuáles van a ser las etapas decisivas, dónde puedes apretar, adquirir ventaja o mantenerla, y te mentalizas de que el día señalado no puedes fallar. Ese día es la experiencia la que te hace tomar uno u otro camino. Después te preguntan y no sabes decir por qué lo hiciste. Te guió tu intuición, tus muchos kilómetros en esas circunstancias y acertaste. Eso es la experiencia: no errar con presión".

Llego a la redacción del diario y abro el crisma navideño de Nani: "He fallado más de 9.000 lanzamientos en mi vida. He perdido casi 300 partidos. 26 veces me han confiado el último lanzamiento, el que decidía el partido, y lo he fallado. He fracasado una y otra vez, por eso tengo éxito". Firmado: Michael Jordan. Perdón, Nani Roma. Y Marc Coma, sí, también lo firmaría.