United y Ajax disputan una final cargada de historia

El Manchester se juega quedar fuera de la Champions por tercer año consecutivo ante el talento de un rival que sueña con dar un salto adelante

Mourinho y Rooney, durante su visita este martes al Freinds Arena

Mourinho y Rooney, durante su visita este martes al Freinds Arena / periodico

CARLOS F. MARCOTE / MADRID

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Podía haber sido perfectamente una final de la Copa de Europa en otro tiempo, pero el Manchester United y el Ajax tienen que conformarse ahora con verse las caras en el último partido de la Europa League. Un choque marcado por el atentado de Manchester, que añade aún mayor carga de responsabilidad para el equipo inglés dirigido por José Mourinho, obligado a ganar para meterse en la próxima edición de la Champions. De no hacerlo, supondría un fracaso en toda regla para el técnico portugués en una temporada en la que, pese a levantar la Community Shield y la Copa de la Liga, ha sido relegado a la sexta posición en la Premier.

No lograr billete para la máxima competición continental por tercera campaña consecutiva activaría, además, una cláusula de penalización para el United de 21 millones de libras (24.4 millones de euros) en su lucrativo contrato con Adidas, a los que habría que sumar los más de 30 que volvería a dejar de ganar por no disputar nuevamente la Champions.

SIN IBRAHIMOVIC

Un elemento más de presión para el United, que no puede contar con el lesionado Ibrahimovic, aunque la ausencia del sueco ha abierto las puertas de la titularidad al joven Rashford a plena satisfacción de Mourinho, junto con Mkhitaryan y Lingard. Por detrás mandan Ander Herrera y Pogba, con el apoyo de Fellaini, pero el conjunto británico no controla y domina los partidos importantes como al técnico portugués le gustaría. Quedó claro en el de vuelta de la semifinal contra el Celta en Old Trafford. 

Conmocionados por el atentado de Manchester, Mourinho ha decidido suspender las ruedas de prensa previstas. "Tenemos un trabajo que hacer y viajaremos a Suecia a hacerlo. Es una pena que no podamos viajar con la alegría con la que siempre solemos tener antes de un partido como el de mañana", ha dicho después de guardar un minuto de silencio antes del entrenamiento.

AMBICIÓN HOLANDESA

El Ajax llega a Solna menos tensionado pero como mínimo tan ilusionado como su rival, al que no tienen problema en conceder la condición de claro favorito, ante la posibilidad de volver a levantar un título continental. No lo hace el equipo holandés, que en su país ha discutido hasta el final el título al Feyenoord, desde hace 22 años. Se cumplen mañana mismo desde que ganó la Copa de Europa ante el Milan con un gol de Patrick Kluivert (1-0), cuyo prometedor hijo Justin tendrá que esperar en el banquillo del Friends Arena.

"No quiero ganar, también quiero entusiasmar a sus espectadores", repite el entrenador del Ajax, Peter Bosz, para resumir su filosofía y su forma de ver el fútbol. Bebió en fuentes como Rinus Michels y Johan Cruyff y por tanto se declara admirador ferviente de Pep Guardiola. Promete hacer todo lo posible para que su equipo lleve la iniciativa, sea dominante, mantenga la presión, recupere pronto el balón, se posicione bien y construya desde atrás para generar muchas ocasiones y marcar muchos goles. Nada menos. Los jóvenes talentos que dirige lo intentarán.