La jornada de Liga

Un mal Espanyol se abona al resultadismo y suma otro punto

El conjunto de Sergio reedita otra pobre imagen ante el Córdoba, el colista de la Liga

El capitán españolista Sergio García disputa el balón con Rossi, del Córdoba, ayer en el Nuevo Arcángel.

El capitán españolista Sergio García disputa el balón con Rossi, del Córdoba, ayer en el Nuevo Arcángel.

JUAN TERRATS

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Vale todo. Jugar mal y puntuar. Abandonar el proyecto inicial para decantarse por el resultadismo tras el mal inicio del Espanyol. Anoche el equipo no jugó a nada, pero sumó otro punto. Lo mejor es que el conjunto blanquiazul logró la media inglesa, cuatro de seis puntos posibles, y Kiko Casilla dejó la portería a cero por segundo partido consecutivo. Lo peor: el juego y la sensación de que el entrenador solo cuenta con 11 futbolistas, una percepción peligrosa porque la Liga es muy larga.

Sergio González ya sabe que no se puede conceder absolutamente nada al rival en Primera. Las alegrías, los conceptos ofensivos, el jogo bonito, lo ha arrinconado para otras ocasiones. El Espanyol logró su primer triunfo ante el Getafe haciendo un fútbol para olvidar. Ni presión, ni líneas adelantadas. Si el equipo no puede jugar, al menos que el rival tampoco haga cuatro pases seguidos, tal como sucedió en el estreno liguero en Almería. Sergio ha aprendido a base de derrotas. Anoche el Espanyol mantuvo la línea de juego del pasado jueves ante el Getafe en casa. La idea es conseguir puntos cuanto antes. Luego el equipo ya pensará en jugar mejor.

Y sucedió lo que estaba previsto en el guion: que el juego del Espanyol volvió a aburrir ante un Córdoba colista y necesitado de puntos. Al Espanyol no le importó que el rival estuviera desesperado por la falta de puntos. No fue más valiente que hace cuatro días en casa. Mantuvo el libreto, conservador, cauto, de equipo que aún no ha encontrado el sistema ideal para superar los obstáculos que depara la liga.

Muchas faltas

 Entre que el Córdoba solo creó peligro por la banda de Fede Cartabia y que el Espanyol solo mejoró algo su juego en los últimos minutos de la primera parte, el Nuevo Arcángel no vio nada: solo acciones inconexas, faltas laterales, muchas interrupciones y saques de esquina. El Espanyol solo disparó una vez a puerta, en un libre directo que chutó Víctor Sánchez a las manos de Juan Carlos (m. 32). El Córdoba quiso desestabilizar al rival por la banda derecha, con el tandem Gunino-Fede Cartabia, un futbolista que recuerda a Robben, pero las acciones más peligrosas acababan con el balón en la grada.

El Espanyol salió distraído en la reanudación. Se cobijó atrás y siguió sufriendo con las apariciones de Cartabia, el hombre que tuvo la habilidad de cambiar el ritmo del conjunto local y poner en algún aprieto a la defensa catalana. Seguía apretando el Córdoba pero solo centraba sin peligro. Pasaban los minutos, pero el Espanyol seguía sin reaccionar, sin dar un paso adelante. No había ni profundidad, ni combinaciones, ni buenas asociaciones en el centro del campo. Nada. Solo estaba plantado atrás esperando algún error local.

Disparo de Colotto

 El peligro local era Cartabia, que chutó a Casilla en el minuto 60, en el primer disparo intencionado del Córdoba. Y el Espanyol seguía metido en la cueva, sin reaccionar. Entró Mattioni y Lucas se colocó en la banda izquierda para tapar a Gunino. Entonces el conjunto de Sergio dio la sensación de que se estiraba más. La mejor ocasión llegó en una combinación entre Lucas y Sergio García, pero el balón no llegó bien a Stuani (m. 66). La respuesta llegó de nuevo de Cartabia, en una falta que desvió Casilla (m. 68).

De ahí hasta el final: un gol bien anulado a Pantic, unas tontas manos de Mattioni y un disparo de Colotto, el mejor delantero del Espanyol (m. 84). Poco más. Pero un punto es un punto. Es el resultadismo.